yo borro los colores
y busco hasta encontrar
el tejido profundo,
así también encuentro
la unidad de los hombres,
y en el pan busco
más allá de la forma.[…]
(Pablo Neruda. Oda al hombre sencillo)
El jueves 14 de marzo, gratamente sorprendidos por la noticia viva y llena de esperanza de un nuevo sucesor de Pedro, hemos comenzado el Curso diocesano de Agentes Parroquiales de Pastoral de Migraciones. Es un curso organizado por el Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta con la participación, también, de la Diócesis de Asidonia -Jerez. Se trata de una iniciativa recién comenzada y todavía abierta a la participación de nuevas parroquias que quieran hacer un camino de crecimiento pastoral.
El primer encuentro, celebrado en el Centro Tierra de Todos, y en el que participó un buen grupo de agentes diocesanos, contó con la presencia de Fidel Romero Salord, hijo de un emigrante gaditano y miembro del equipo de formación de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal.
Tras la oración inicial en comunión con la comunidad eclesial que en este tiempo de cuaresma quiere convertir su corazón al Señor y al Evangelio y mirar con una nueva esperanza el presente y el futuro, la mañana permitió poner a disposición de los participantes los materiales del curso.
En su sentido etimológico el encuentro tuvo un carácter de pro-vocación: “llamar hacia”. Hacia los vecinos y hermanos de origen extranjero, por supuesto. Pero también hacia nosotros mismos, hacia la construcción de nuestra identidad: familiar, ciudadana, cultural, eclesial y religiosa. Una identidad que se convierte en integradora al encontrarnos con otras personas, reconocernos y familiarizarnos.
La atención no se centró tanto en la “Interculturalidad” como en la posibilidad de hablar de un “Nosotros” sin poner, ni en la voluntad ni en el lenguaje, muros que Cristo ha derribado ya.
Reflexionamos juntos sobre qué es y qué no es Pastoral Parroquial de Migraciones, quién debe hacerla y hacia quienes nos dirigimos.
Ha sido un encuentro para pensar, también para simplificar y orientar nuestro quehacer parroquial con nuevas luces.
En definitiva, la Pastoral Parroquial de Migraciones no pretende ser una nueva carga si no un don, un tiempo de gracia, una oportunidad para seguir poniendo en valor la universalidad y catolicidad de la Iglesia y la vocación de fraternidad de todo el género humano.
Esperamos en nuevos encuentros y también por otras vías seguir avanzando en este proceso formativo.
La Comisión diocesana de Migraciones ha quedado en el compromiso de estudiar cómo hacer el proceso de continuidad y seguimiento en función de las dos sesiones formativas pendientes de este curso y de que se incorporen aquellas parroquias e instituciones que lo deseen. En este sentido, para facilitar la continuidad del proceso y la incorporación de otros agentes, se va a crear una plataforma online, donde los participantes podrán continuar las tareas y trabajos de seguimiento entre una sesión y otra, intercambiar experiencias y acceder a los diversos documentos y materiales formativos de la Pastoral de Migraciones. Creemos que va a ser una experiencia muy enriquecedora en nuestra diócesis.
