Movimientos y Grupos de Solidaridad Cristianos de la Diócesis de Canarias han elaborado el siguiente comunicado.
El 20 de Enero se celebra la Jornada Mundial por el día de las Migraciones y desde diferentes grupos y colectivos que trabajamos la solidaridad en materia de cooperación en nuestra Diócesis, a través fundamentalmente de grupos parroquiales, queremos pronunciarnos en contra de las medidas tomadas por nuestros gobernantes ante la actual situación de crisis, las cuales están trayendo consigo una importante pérdida de derechos fundamentales para las personas más vulnerables, siendo la población inmigrante uno de los colectivos más afectados.
Actualmente hay más de 72 millones de personas que se ven obligadas a emigrar ante la situación de pobreza y violencia que se vive en sus países.
Nos encontramos con un sistema económico internacional injusto que impide el desarrollo de muchos países, impulsando a estas personas a huir de estas condiciones de vida, pero terminan encontrándose con problemas mayores, como la violación de derechos humanos, la pobreza y la discriminación.
La actual situación de crisis tiende a ver la migración como una amenaza, que viene a robar nuestros puestos de trabajo, lo cual genera a su vez prejuicios y sentimientos de discriminación y xenofobia en la sociedad.
No se tiene en cuenta que los inmigrantes dan más de lo que reciben, contribuyen al sistema pagando impuestos, dinamizando el consumo y la economía, trayendo su riqueza cultural así como una manera más comunitaria de entender la vida.
Instamos a tener otra mirada y tener presente la riqueza que aporta la población inmigrante a nuestra sociedad, como lo manifestó Ban Ki-moon Secretario General de Naciones Unidas:
“Cuando se violan sus derechos, se los margina y excluye, los migrantes no pueden contribuir ni económica ni socialmente a las sociedades que han dejado atrás y tampoco a aquellas a las que llegan. Sin embargo, cuando se los apoya mediante políticas adecuadas y la protección de los derechos humanos, la migración puede ejercer una influencia beneficiosa en las personas, así como en los países de origen, tránsito y destino».
Como personas creyentes que luchamos contra esta situación de injusticia, no podemos quedarnos callados ante esta realidad, debemos ser voz de los sin voz y visibilizar a través de nuestro testimonio que otro mundo mejor es posible
En esta situación de crisis que afecta a todos pero especialmente a los migrantes, pedimos una mirada justa y solidaria sobre aquellas personas que dejándolo todo, su país, su cultura, su familia,… han llegado a buscar una vida mejor para ellas y para los suyos.
También pedimos un corazón abierto para recoger sus solicitudes de ayuda, comprensión y confianza que les lleve a sentirse acogidos y queridos
Por último queremos ofrecerles una sociedad abierta y acogedora que sea su hogar en el que todos podamos compartir todo lo bueno y valioso de nuestras culturas, historias y valores, para juntos construir una sociedad más igualitaria y justa. La misma sociedad que Jesús quiso construir y que llamó Reino de Dios.
Con esta finalidad, lanzamos este comunicado en la JORNADA MUNDIAL POR EL DÍA DE LAS MIGRACIONES, para visibilizar una vez más la necesidad de devolver al inmigrante la dignidad y los derechos que sistemáticamente se le están quitando.