Nuevo libro: Soñar Europa. Afectos y desafectos sobre un proyecto posible

sonar-europaLa Asociación Europeos- Ventana Europea ha editado el libro SOÑAR EUROPA. Afectos y desafectos sobre un proyecto posible

Emilio Jose Gomez Ciriano su autor escribe en Ventana Europea. Y muchos empiezan a leer la Revista por su página. Porque su artículo sirve muy bien (junto con las atinadas portadas que confecciona Ramón Ajo) para contextualizar el momento en que la revista aparece cada trimestre; Y al hacerlo, en tan solo una página y de un vistazo, el lector ya se siente inclinado a profundizar la realidad migratoria y de otras vulnerabilidades que las demás páginas de la revista tratan de visibilizar. Lejos de visiones oficialistas. O quizás en contrataste serio y duro con las mismas.

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“Redescubrir el don de la hospitalidad”

img_56221Comunicado final del Encuentro de obispos y delegados responsables de la pastoral de los migrantes de las Conferencias Episcopales de Europa:

La gente conoce cada vez más el drama que viven miles de migrantes que cada día se arriesgan tratando de alcanzar el territorio europeo, cruzando el Mediterráneo en barcos en mal estado y el desierto en largas marchas de la muerte; en cambio son menos conocidas las historias de generosidad, historias donde se comparte y se acoge genuinamente, historias que acompaña el fenómeno migratorio de los últimos tiempos. Después de la urgencia de acoger, la Iglesia Católica está en primera línea en la emergencia relacionada con la integración de miles de migrantes. En Madrid, los obispos y los delegados responsables de la pastoral de los migrantes en Europa han dialogado sobre los “modelos” de integración, las buenas prácticas y los desafíos para la sociedad europea.

Después de haber afrontado la cuestión de la acogida en el año 2015, los directores nacionales de la pastoral de los migrantes se han focalizado en el Año de la Misericordia en el desafío de la integración. El encuentro tuvo lugar en Madrid desde el 26 al 27 de septiembre invitados por el obispo de Albacete, Mons. Ciriaco Benavente Mateos, Presidente de la Comisión Episcopal de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.

La integración de los migrantes y de los refugiados es un fenómeno complejo y de múltiples facetas donde no existe un modelo único, sino diferentes experiencias relacionadas con las necesidades y las posibilidades del territorio que acoge. La Iglesia Católica, como han testimoniado los participantes, está comprometida en todos los países con diferentes actividades y programas. Sin embargo, ya sea la acogida como la integración no son prerrogativas de un sector particular de la sociedad civil y/o de instituciones de la iglesia, sino de toda la sociedad, porque es la persona en su totalidad – es decir, es una persona que necesita un trabajo, una casa pero también necesita el afecto de una familia y un apoyo espiritual – que debe ser acogida. Tampoco es un asunto solamente del migrante o de quién pide asilo, sino que corre por un camino paralelo poniendo en juego también la responsabilidad y la capacidad de la comunidad que acoge, llamada a dar espacio a la diversidad.

Con su enfoque, la Iglesia siempre busca promover esta doble dimensión, con un trabajo que tenga en cuenta tanto las necesidades de los migrantes, en su integralidad y en su dignidad de persona, como también las necesidades de la comunidad que acoge. Los muros, antes de ser realidades físicas, son los muros que se elevan en los corazones humanos. La ignorancia y el miedo son, de hecho, los primeros obstáculos que hay que superar. Las personas tienen que comprender qué significa ser un refugiado, qué significa tener la propia vida contenida en una simple mochila. Por lo tanto, es claro que el verdadero desafío de la integración pasa antes que nada a través de un trabajo educativo de toda la sociedad. Es necesario educar a la gente al diálogo y al encuentro. De hecho, el encuentro con los que son diferentes a nosotros, si se realiza con la disposición apropiada, es siempre enriquecedor y se inserta en la óptica del intercambio de dones.
Este acompañamiento de la comunidad que acoge debe realizarse junto a todas las realidades sociales y eclesiales presentes en el territorio. Sólo una educación al encuentro y al diálogo permitirá erradicar temores injustificados, sostenidos frecuentemente por estereotipos y cliché, que alimentan cada vez más sentimientos xenófobos en Europa.

Entre las distintas experiencias presentadas por los participantes, el medio pedagógico-pastoral privilegiado para promover una real integración parece ser “trabajar juntos”. Es en el hacer juntos, acciones y actividades concretas que el migrante y la comunidad que acoge se perciben como una sóla cosa. En el espíritu del Año de la Misericordia, los directores nacionales luego han recordado la necesidad de volver a descubrir el significado y el valor de la hospitalidad que ayuda a los cristianos a responder mejor al desafío de la integración. En esta óptica, la parroquia es, sin duda, el espacio privilegiado donde se puede realizar una verdadera pedagogía del diálogo y del encuentro. En sus distintas realidades, la comunidad parroquial puede convertirse en un gimnasio de la hospitalidad, el lugar donde se realiza el intercambio de experiencias y de dones, donde se forja la convivencia pacífica que todos aspiramos.

En Madrid, los directores nacionales también discutieron algunas cuestiones afrontadas anteriormente y que aún existen, como el tráfico de seres humanos (el trabajo que lleva adelante el Santa Marta Group), la presencia de los inmigrantes católicos chinos en Europa y la dinámica de la evangelización de los chinos en Europa.

En la Parroquia “Santa María del Silencio” junto a una delegación de la diócesis de la pastoral de los migrantes de Madrid, los participantes celebraron la Eucaristía, animada por un coro africano y presidida por el arzobispo de la ciudad, S. E. Mons. Carlos Osoro Sierra. Más tarde, en el centro de acogida ‘San Ignacio’ de los padres Jesuitas de Madrid se reunió un numeroso grupo de jóvenes africanos, donde fue posible apreciar concretamente las distintas iniciativas que se realizan en el Centro Ignaciano para promover la integración, especialmente a través del trabajo y la educación. Los trabajos se concluyeron encontrando el Presidente de la Conferencia Episcopal Española, el Cardenal Ricardo Blázquez Pérez, en la sede de la Conferencia Episcopal en Madrid y un encuentro en Toledo – ciudad particularmente comprometida en el trabaja con los migrantes – con el arzobispo local, Mons. Braulio Rodríguez Plaza.

http://www.conferenciaepiscopal.es/redescubrir-el-don-de-la-hospitalidad/

Los españoles vuelven a ser emigrantes

emigrantesSon bien conocidas en España las imágenes de emigrantes con maletas de cartón que en los años 60 partían a Europa y América en busca de trabajo y una vida mejor.

Este fenómeno, conocido como la ‘emigración española’, acabó en 1973 como consecuencia de la crisis del petróleo y,  tras la entrada de España en la Unión Europea y la bonanza económica que la precedió, los emigrantes pasaron a ser cosa del pasado: España se convirtió en un país con un nivel de vida envidiable que ya no producía emigrantes, sino que los acogía.

Aunque España nunca ha destacado por tener una tasa de desempleo baja, nadie había imaginado que la actual crisis dejaría 5.273.600 parados y que se ‘cebaría’ especialmente con los jóvenes. El desempleo juvenil en estos momentos ronda el 50%, y si no fuera por la fuerte emigración de la juventud que se ha producido durante los últimos años sería aún peor.

Según la prensa europea, alrededor 300.000 jóvenes españoles formados han abandonado el país desde 2008  hasta el 2011, desalentados por la falta de oferta laboral. Según la reforma laboral aprobada por el nuevo gobierno, durante el primer año de contrato las pequeñas y medianas empresas (PYMES) podrán despedir al trabajador sin indemnización ni causa, lo cual supone abrir más aún las puertas al empleo precario y temporal. Los jóvenes de menos de 25 años, por su falta de experiencia, seguirán así abocados a trabajar por un sueldo bajo o a encadenar prácticas no remuneradas. Los recortes que se han hecho en investigación han convertido lo que antes era una oportunidad para formarse en el extranjero en una obligación, y España se enfrenta a una auténtica ‘fuga de cerebros’ que, sin duda, repercutirá a largo plazo en el país, tanto social como económicamente.

Aunque este fenómeno se produce ya desde hace años,  hace poco que se ha empezado a hablar de ello y a considerarlo un problema. Esto quizás se deba a que los jóvenes españoles ya no  emigran sólo a países del norte de Europa, conocidos por su alto nivel de vida, sino que también lo empiezan a hacer a países del este de Europa. El periódico checo Lidové Noviny habla en un artículo reciente de lo mucho que ha aumentado la cantidad de jóvenes inmigrantes del sur de Europa. Se trata de menores de 35 años que buscan trabajo en empresas checas, formados y con buen nivel de inglés.

Lo peor de esta situación es no saber cuánto va a durar. La mayoría de los jóvenes que se van lo ven como algo temporal, piensan en trabajar fuera unos años hasta que «pase la crisis», o al menos su peor parte, para volver a casa y buscar trabajo allí. Sin embargo, ¿que es lo que les espera? Hay teorías acerca de que a la crisis le seguirá un largo periodo de depresión que durará años, durante los cuales no habrá cambios significativos en la tasa de desempleo, y aún después las cosas no volverán a ser como antes. Muchos de estos jóvenes han crecido con un nivel de vida que difícilmente van a ser capaces de mantener.

Mientras tanto, en España el gobierno sigue haciendo recortes y los jóvenes españoles se marchan huyendo de la pregunta que nadie quiere hacerse: ¿Está la juventud española condenada al desempleo? Sólo el tiempo lo dirá.

http://www.unric.org/es/desempleo-juvenil/279-los-espanoles-vuelven-a-ser-emigrantes

Prostitución y ¿libre consentimiento?

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Prostitución y ¿libre consentimiento?

Cada vez que me encuentro con Ana, Mercy, Carmen, Blessing, Stefania o María y hablamos y compartimos historias, anhelos, luchas, gozos y tristezas me hago la misma pregunta: ¿Será verdad que en la prostitución hay libre consentimiento?

¿Consienten libremente Mercy y Blessing cuando buscan desaforadamente salir de su país rumbo a Europa sabiendo que la prostitución será el reverso de una vida marcada por el abuso sexual, el hambre y el maltrato? ¿Consiente libremente Carmen, ciudadana europea, cuando con 70 euros adquiere un billete que la trae a España para conseguir, con tanta rapidez como dificultad, un dinero con el que mantener a sus hijos, a su madre y a un padre alcoholizado? ¿Es libre Ana, nacida y crecida entre la miseria, cuando accede a satisfacer las demandas sexuales de honestos padres de familia con la esperanza de recuperar a un hijo que no puede mantener? ¿Consiente libremente Stefania cuando con apenas 18 años fue violada por su jefe mientras trabajaba para conseguir un dinero con el que ayudar a su madre y a sus hermanos? ¿Es libre María, española por los cuatro costados, cuando ofrece sus servicios sexuales a cambio de un dinero con el que completar los 870 euros de renta mínima que percibe mensualmente?

La cuestión del libre consentimiento se ha convertido en el tema estrella de los debates sobre prostitución. La explicación, junto a otras, está en la universalización de la racionalidad económica a todos y cada uno de los ámbitos de la vida humana. Esto hace que sean legión quienes sostienen que el libre consentimiento debe ser el criterio determinante para legalizar una relación que se considera de equivalencia entre un servicio de naturaleza sexual y un pago en metálico. Cuando escucho este argumento, independientemente de las banderas ideológicas particulares de quienes lo sostienen, no puedo evitar preguntarme: ¿Es suficiente la libertad para determinar la justicia del acuerdo al que Mercy y Blessing llegarán con su empleador o con sus clientes? Y aun cuando la libertad fuese tal, ¿podría decirse que María y Carmen son auténticamente libres cuando, forzadas por la necesidad, aceptan las condiciones que les imponen? Las relaciones de Ana y Stefania con sus clientes y empleadores ¿son, realmente, relaciones de igualdad? ¿De verdad, aun cuando se determinaran legalmente los derechos y los deberes de las partes implicadas en el negocio de la prostitución existe equivalencia entre la naturaleza sexual del servicio prestado y su consiguiente retribución económica?

¿Qué significa en realidad consentir? ¿Cuándo es libre el consentimiento? ¿Son realmente libres las mujeres que, forzadas por la necesidad, entran en un negocio del que todas afirman poder salir en poco tiempo, pero en el que permanecen hasta que sus empleadores las desechan o sus clientes las ignoran?

Un negocio lucrativo

Los defensores de la legalización de la prostitución, ya sea desde claves neoliberales, ya sea desde el supuesto de la libertad sexual, suelen acusar de paternalistas, cuando no de moralistas, a quienes defienden el abolicionismo.

¡Por supuesto que las diferentes fórmulas legales que se adoptan sobre la prostitución implican visiones morales distintas! Pero la razón de fondo no está en la moralidad o inmoralidad de los actos sexuales, sino en la naturaleza de una relación en la que un hombre, en la mayoría de los casos, compra los servicios sexuales de una mujer.

La prostitución, que nadie se engañe, no es una conducta sexual y, por lo tanto, no es un modo de vivir la sexualidad. Tampoco es un mal necesario, argumento con el que hombres y mujeres, dentro y fuera del matrimonio, encubren conductas masculinas de dominación bajo la falsa apariencia de necesidades fisiológicas.

La prostitución es un negocio muy lucrativo que funciona a costa de mujeres a las que se convence de que la actividad que ejercen les confiere una identidad indeleble, que soportan la violencia física que ocasionan relaciones sexuales practicadas sin descanso, que son usadas para satisfacer demandas inmediatas cuya mayor virtud, dicen los clientes, es que no generan responsabilidad alguna, que sufren la violencia de novios, padres, maridos y hermanos que las explotan para vivir a su costa, que enriquecen a empresarios para quienes no son más que una inversión en medios de producción, que viven sometidas a un proxeneta que les alquila un tramo de calle, un bolardo en una rotonda, un árbol de una céntrica calle o, en el mejor de los casos, una habitación en un lujoso club o macroburdel que, además, sirve para blanquear dinero.

La falacia neoliberal del libre consentimiento, la hipocresía social y la complicidad de las instituciones públicas en materia de prostitución fomentan la humillación y la mercantilización de la mujer, alimentan la desigualdad, incitan a la comisión de los delitos de trata, tráfico y esclavitud y consagran formas de dominio que una sociedad de iguales no debería admitir.

Mª Teresa Compte Grau
Asociación Liberata (www.liberata.org)

Fecha de Publicación: 20 de Octubre de 2016
https://www.alfayomega.es/77355/prostitucion-y-libre-consentimiento