El paso por Madrid de la cruz hecha con rostros de pateras está provocando momentos muy emotivos entre personas migrantes. Para las comunidades católicas locales, supone «un aldabonazo para nuestra conciencia», asegura Mónica Prieto, una de las responsables de la peregrinación
«Reza, llora, comprométete!». Este es el mensaje con el que la Cruz de Lampedusa ha recibido a los fieles madrileños en la catedral desde el 29 de abril hasta la vigilia mensual de los jóvenes con el arzobispo, presidida en esta ocasión por el obispo auxiliar Santos Montoya.
De ahí fue trasladada a Getafe, para regresar nuevamente este lunes a Madrid, concretamente al Seminario Conciliar, donde permanecerá, hasta el 10 de mayo, junto a una muestra fotográfica sobre el drama de las migraciones en el Mediterráneo. El martes se celebrará una vigilia de oración a las 9 de la noche.
«Alrededor de la cruz se organizan todo tipo de actos, está habiendo mucha creatividad», afirma Mónica Prieto, de la asociación Encuentro y Solidaridad, responsable de la peregrinación en España de la cruz construida con restos de pateras, que el Papa pidió que se llevara por todas partes para concienciar a las comunidades católicas y a la población en general.
Junto a diversas visitas a colegios, universidades y alguna salida a diócesis cercanas a Madrid, el 17 de junio habrá una visita al CIE de Aluche, último de los actos públicos en la capital, exceptuando la visita a la cárcel de Soto del Real, reservada a internos, funcionarios y voluntarios de pastoral penitenciaria.
Prieto, miembro también de Solidaridad y Autogestión Internacionalista (SAIn), se queda con la acogida de la Cruz de Lampedusa en la capital. «Fue muy emocionante cómo los propios migrantes, espontáneamente, agarraron la cruz, la besaron, se pusieron a cantar, a rezar… con un recogimiento increíble. Conectan inmediatamente con su propio sufrimiento y para ellos es un reconocimiento muy importante por parte de la Iglesia». También para «muchos inmigrantes musulmanes», que «agradecen mucho todo lo que está haciendo por ellos el Papa Francisco».