Solidaridad del arzobispo de Chicago «con los que viven en las sombras»

 

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Cupich pide a sus sacerdotes que no colaboren con agentes de inmigración sin orden judicial

«Sería irresponsable crear una falsa esperanza», sobre la posibilidad de establecer «iglesias santuario»

No hemos nombrado a nuestras iglesias como ‘santuarios’ únicamente porque sería irresponsable crear una falsa esperanza de que podamos proteger a la gente de las acciones de cumplimiento de la ley, por injustas o inhumanas que podamos verlas

  (Cameron Doody/Agencias).- «Solidaridad con los que viven en las sombras». Eso es lo que pretende lograr el cardenal de Chicago, Blase Cupich, mediante una carta que mandó al clero de la archidiócesis instruyéndoles que eviten que las autoridades federales de inmigración (ICE) ingresen a las iglesias sin una orden judicial.

Las nuevas directrices llegan tras la publicación de otra serie de normas, dirigidas a los directores de las escuelas públicas de la ciudad, en las que el arzobispo les pidió que no compartieran los expedientes de sus alumnos con los agentes federales, que denegaran la entrada a sus escuelas a cualquier autoridad que no cuente con una autorización oficial, y que actualizaran los contactos de emergencia para sus alumnos en caso de que detuvieran a alguno de sus familiares.

En la carta enviada a su clero este lunes, Cupich pidió a los sacerdotes que revisen cualquier orden judicial u otros documentos antes de permitir que agentes federales de inmigración ingresen a sus instalaciones. También les pidió contactar a la oficina de Servicios Legales de la archidiócesis de manera inmediata.

«Si un oficial de inmigración quiere entrar en el recinto (parroquial), antes de que le dejes entrar, pídele identificación, la razón por la vista, y cualquier documento que tenga, como una orden judicial», exhortó el prelado a sus sacerdotes. En caso de que los agentes sí cuenten con un mandamiento hay que cooperar con ellos, avisó el arzobispo de Chicago, si bien poniéndose en contacto con los abogados diocesanos. Pero si no tienen ese respaldo legal, prosiguió, «y no es una situación en la que alguien está en peligro inminente, diles… que no pueden entrar en las instalaciones, pídeles sus detalles de contacto y avísales que se pongan en contacto con la oficina de Servicios Legales».

Estos nuevos protocolos de las parroquias y escuelas católicas de Chicago responden, explica Cupich, a una necesidad de mantener «solidaridad con muchos de nuestros feligreses altamente perturbados por las recientes órdenes ejecutivas relacionadas con la inmigración». Coyuntura ante la que apremia ofrecer «apoyo, dirección espiritual y compasión», escribe el cardenal.

«Debemos estar juntos y claramente hacer saber que la archidiócesis de Chicago apoya la dignidad de todas las personas sin importar su situación migratoria», dice la misiva de Cupich, en la que resalta que muchas iglesias están ofreciendo información legal y recursos educativos para inmigrantes. Con sus 346 iglesias y más de 200 escuelas, la archidiócesis de Chicago sirve a más de 2.2 millones de católicos en el condado de Cook y de Lake, de los cuales el 44% son hispanos.

Sin embargo, la carta aclara que las parroquias de la archidiócesis no son «iglesias de santuario».

«No hemos nombrado a nuestras iglesias como ‘santuarios’ porque sería irresponsable crear una falsa esperanza de que podamos proteger a la gente de las acciones de cumplimiento de la ley, por injustas o inhumanas que podamos verlas… La ley de inmigración impone sanciones penales y multas para quien oculte en cualquier lugar, a un extranjero que ha llegado, entrado o permanece en los Estados Unidos en violación de la ley», agrega la carta. «Es oportuno recordar la política de la archidiócesis de que sólo aquellos que sean ordenados y asignados a vivir en una rectoría u otra institución eclesiástica puedan residir allí», aclaró el cardenal en su misiva.

Aunque el presidente Donald Trump ha endurecido, aún más si cabe, su retórica y política anti-inmigrantes -ordenando la semana pasada la contratación de hasta 15.000 nuevos agentes de inmigración-, el cardenal de Chicago sigue convencido de que la respuesta al drama de los indocumentados pasa por más humanidad, y no por más ley.

«Mis hermanos obispos y yo… hemos insistido en que la única respuesta justa al quebrado sistema de inmigración de nuestro país es una reforma comprensiva y compasiva que refleje nuestra herencia como nación «bajo Dios con libertad y justicia para todos», clama Cupich.

«Los obispos seguirán defendiendo este objetivo, pero mientras tanto hemos de permanecer en solidaridad con los que viven en las sombras«, prometió el prelado, añadiendo por último que la archidiócesis seguirá ofreciendo todo tipo de servicios -comida, techo y asistencia legal, «independientemente del origen, religión o estatus migratorio de la persona».

Cameron Doody/Agencias, 01 de marzo de 2017

 

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