“El lápiz es más poderoso que la espada”

“Nuestros libros y lápices son las armas más poderosas contra el analfabetismo, la pobreza y el terrorismo”

Así se expresaba Malala Yousafzai, la joven pakinstaní de 17 años galardonada con el premio Nobel de la Paz 2014 junto a Kailash Satyarthi, ante la Asamblea de Naciones Unidas a quien dirigió un discurso emotivo en defensa del derecho a la educación de todos los niños.

Es la voz de todas aquellas niñas a quien se les niega el derecho a la educación. Con tan solo 17 años, su trayectoria de lucha para empoderar a las niñas a través de la educación ha pasado incluso por un intento de asesinato por parte de un talibán que quedó, afortunadamente, frustrado con tan solo 15 años.  Según sus palabras, el atentado produjo el efecto contrario al pretendido; no solo no callaron su voz, sino que mataron el miedo, la debilidad y la desesperanza, naciendo la fuerza, el poder y el coraje.

Con tan solo 17 años, ha pronunciado un discurso en las Naciones Unidas, ha sido galardonado con diversos premios por la paz, se ha escrito incluso un libro sobre su vida. Se ha convertido en abanderada de todas aquellas niñas que sufren discriminación por el solo hecho de ser niñas, prohibiéndoseles el derecho a la educación, negándoles oportunidades y cuyo destino en la mayoría de los casos es la esclavitud infantil. La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo y hacer de él un lugar digno para todos donde la justicia, la paz y el respeto a los derechos sean los pilares que sustenten la convivencia.

Desde la Fundación Malala se están llevando a cabo diversos proyectos educativos en Jordania, para niños sirios refugiados que han abandonado la escuela, en Pakistán, en Nigeria, apoyando a niñas que son obligadas a casarse muy jóvenes y no pudieron ir a la escuela, y en Kenia, donde se trabaja por  la expansión de las escuelas.

Esperemos que su voz se siga oyendo en todos los rincones de la tierra, especialmente en aquellos lugares donde se vulneran los derechos de los niños y, en especial, de las niñas. Que su voz se siga alzando por todos los niños que están siendo sometidos al trabajo esclavo en tantos lugares de la tierra; la explotación de la banana en Ecuador, el café en Honduras, el azúcar en Guatemala, los niños mineros en Iberoamérica, Africa y Asia,  el caucho en Malasia, los niños de pesca en Asia, de los talleres e industrias, los esclavos domésticos, los niños de la calle, los niños esclavos sexuales,,,,,,,,,,, a quienes se les priva desde muy temprana edad de su derecho a la educación.

Madrid, a 10 de Octubre de 2014

 

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