La 9ª Asamblea Plenaria ordinaria de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores se reunió en Roma del 7 al 9 de septiembre de 2018.
revista al cardenal Sean Patrick O’Malley, presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, tras culminar su Asamblea Plenaria, el 9 de septiembre en Roma.
La Pontificia Comisión para la Protección de los Menores concluyó el domingo 9 de septiembre la sesión plenaria que comenzó el viernes pasado. Nuestro colega Sergio Centofanti entrevistó al cardenal Sean Patrick O’Malley, presidente de este organismo.
– El papa Francisco destacó la importancia central de escuchar a las víctimas ya que lo que han vivido representa una guía para la Iglesia en la custodia de los menores, víctimas de abusos sexuales. Ante la situación actual y los hechos recientes, ¿se está escuchando realmente a las víctimas y cuánto se puede aprender de ellas?
-Ciertamente, los recientes hechos en la Iglesia han centrado la atención de todos en la urgente necesidad de una respuesta clara de la Iglesia sobre el abuso sexual de menores. Por supuesto, una de las responsabilidades de la Comisión es tratar de escuchar a las víctimas. Siempre estamos atentos a escuchar sus testimonios, que tanto aportan a nuestras deliberaciones y nuestros juicios.
Esta vez, comenzamos nuestra reunión escuchando los testimonios, en primer lugar, de una mujer de América Latina que fue maltratada por un sacerdote; luego, la madre de dos víctimas adultas de los Estados Unidos. La voz de las víctimas es realmente importante.
En estos días nos hemos encontrado con los neo obispos y, como ha sucedido en otras ocasiones, he invitado a Marie Collins a escuchar el testimonio directo de algunas personas que han tenido la experiencia de sufrir este horror en sus vidas y por lo tanto pueden explicar las consecuencias y repercusiones que los abusos tienen sobre el individuo, la familia y toda la comunidad.
Por tanto, llevar la voz de las víctimas a todos los vértices de la Iglesia es crucial para hacer entender a todos, qué tan importante es para la Iglesia dar respuestas de manera rápida y correcta a cada situación de abuso en cualquier momento que se manifieste.
De modo particular, a la luz de la situación actual. Si la Iglesia es incapaz de responder con todo su corazón y hacer de este asunto una prioridad; todas nuestras otras actividades de evangelización, obras de caridad y educación se verán afectadas. Esta debe ser la prioridad en la que debemos enfocarnos ahora.
– La Comisión a menudo habla de su deber de promover la “responsabilidad local” de la protección. ¿Qué significa esto en términos concretos? y ¿es realista?
La Comisión es implacable en el llevar el mensaje de protección a todo el mundo.
Sabemos que hay muchos continentes donde se trata de un tema nuevo, del cual las personas a veces no hablan mucho, y de modo particular, en tierras de misión, donde la Iglesia tiene muy pocos recursos. Por lo tanto, desde nuestra última reunión, nuestros miembros han participado en más de 100 conferencias en todo el mundo. En este momento, se están planeando importantes conferencias en Brasil, en colaboración con la Conferencia Episcopal, así como en Colombia, México y Polonia.
“Si la Iglesia es incapaz de responder con todo su corazón y hacer de este asunto una prioridad; todas nuestras otras actividades de evangelización, obras de caridad y educación se verán afectadas. Esta debe ser la prioridad en la que debemos enfocarnos ahora”
También estamos trabajando diligentemente en la elaboración de líneas guía: una de nuestras últimas iniciativas es desarrollar instrumentos de verificación que puedan ser utilizados por las Conferencias Episcopales para medir la implementación y el cumplimiento de las mismas. De esta forma, cuando los obispos lleguen a Roma con ocasión de las visitas ad limina, podrán demostrar cómo han podido poner en práctica estas líneas guía que cada Conferencia Episcopal ha realizado por encargo de la Santa Sede y del propio Santo Padre.
¿Qué feedback o comentarios está recibiendo la Comisión con respecto a estos esfuerzos?
Las Conferencias Episcopales que nos han visto involucrados en la educación y la formación nos han apoyado mucho. Una de nuestras iniciativas ahora es crear en varios continentes los “Survivors’ Advisory Panels” , (Comités de consulta para los supervivientes). El primero será en Brasil, pero hemos iniciado el proceso también en África y en Asia.
De esta manera, contaremos con grupos de víctimas que puedan asesorar a las Conferencias Episcopales locales, ofrecer su contribución, pero también consolidar el trabajo de nuestra Comisión Internacional.
Existe mucha confusión sobre el papel de la Comisión. A menudo ha sido criticada por una aparente falta de “poder” en la implementación de reformas incisivas. Sin embargo, el mandato de la comisión establece que es un “órgano consultor” del Santo Padre. ¿Cómo funciona el trabajo en sí mismo?
A veces las personas me presentan como el presidente de la “Comisión sobre el abuso sexual” y siempre los corrijo diciendo que no, nuestra competencia se refiere a la protección de menores: es realmente una tarea que se refiere a la prevención. No somos un órgano que se ocupa de casos ya perpetrados o de situaciones particulares de abuso. Estamos tratando de cambiar el futuro, para que estas historias tristes no se repitan; y llevamos a cabo esta tarea mediante la adopción de recomendaciones que presentamos al Santo Padre.
“Llevar la voz de las víctimas a todos los vértices de la Iglesia es crucial para hacer entender a todos, qué tan importante es para la Iglesia dar respuestas de manera rápida y correcta a cada situación de abuso en cualquier momento que se manifieste”
Nuestra tarea también es promover las mejores prácticas y directrices que tengan en cuenta la protección y la prevención.
Además, llevamos a cabo programas de educación y capacitación para aquellos que están en la cúspide de la Iglesia, para que nuestros obispos, sacerdotes y religiosos sean conscientes de la gravedad del asunto y tengan las herramientas para responder, de manera que pongan como prioridad la protección de los menores y el cuidado pastoral de la víctima.
Este es el objetivo que impulsa nuestra actividad. Hay otros Dicasterios en la Santa Sede que son responsables de abordar los casos individuales y las circunstancias de abuso o negligencia por parte de las autoridades. Nuestra Comisión no puede ser considerada responsable de esas tareas: nosotros tenemos nuestras competencias, que creo que son realmente muy importantes. Tenemos un dicho en inglés que dice: “Una onza de prevención vale una libra de protección”. En efecto, nuestro trabajo es sobre prevención e intentar hacer de la Iglesia, el lugar más seguro para niños y adultos vulnerables.
¿Cómo son las relaciones con los otros organismos de la Curia Romana?
Como dije, una de nuestras responsabilidades es formar a los líderes de la Iglesia. Por esta razón, hemos organizado conferencias en muchos Dicasterios donde hemos tenido la oportunidad de hablar sobre el tema. En estas ocasiones, me acompaña siempre una víctima y hablo de la misión de la Iglesia de brindar protección. Creo que estas reuniones han sido muy exitosas.
“Nuestro trabajo es sobre prevención e intentar hacer de la Iglesia, el lugar más seguro para niños y adultos vulnerables”
Esta semana los miembros de nuestra Comisión se encontrarán con los referentes de la Conferencia episcopal italiana y la Congregación para Doctrina de la Fe.