Religión Digital – Opinión
(Cardenal Sistach).- El sentido social del papa Francisco tiene una de sus manifestaciones en la preocupación por el fenómeno del llamado tráfico de personas. Los especialistas de Naciones Unidas y de la Unión Europea estiman -y es sólo la punta del iceberg- que hoy sufren esta situación en el mundo unos treinta millones de seres humanos y que esta cifra se incrementa cada año en dos millones más.
El tráfico de personas es el negocio más grande de la globalización. Algunos observadores afirman que para el crimen organizado comienza a ser ya más lucrativo dedicarse al tráfico de personas que al tráfico de armas o de droga. El ochenta por ciento de estas personas terminan en el mundo de la prostitución y el veinte por ciento restante en el trabajo forzado. Sigue leyendo


