En la tarde del martes 21 de enero se celebró el IX Encuentro diocesano de pastoral de migraciones, organizado por la Mesa diocesana dos días después de la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado. En torno a 60 personas de diferentes parroquias de Burgos y Aranda de Duero, así como de comunidades religiosas, movimientos, instituciones y programas de acogida se reunieron en la sede central de Cáritas diocesana. Participaron en este encuentro varias personas inmigrantes de Ecuador, Perú, Argentina, Colombia, Brasil, Camerún y Burkina Faso, algunas de ellas implicadas en actividades pastorales y otras que acudieron para compartir sus experiencias.
Tras el café de bienvenida se hizo un momento de oración teniendo en cuenta la unidad de los cristianos, al coincidir dentro de la semana de oración por esta intención; la parábola del buen samaritano sirvió como texto iluminador del encuentro. El arzobispo, D. Francisco Gil, dirigió a continuación unas palabras de saludo y de ánimo. Se hizo la presentación de los participantes (a destacar un buen grupo de voluntarios de Atalaya Intercultural, que incluyeron este encuentro en su calendario de formación), y después José Luis Lastra, coordinador de la Mesa diocesana, expuso brevemente el contenido del nuevo Plan diocesano de pastoral de migraciones 2013-2016. Desde un análisis de los datos estadísticos y diez percepciones del momento presente, se proponen como Iglesia de Burgos distintas acciones y tareas para lograr “la nueva evangelización en el ámbito de las migraciones, partiendo de la hospitalidad, acogida y escucha de las personas, y favoreciendo su integración personal, social, religiosa y eclesial”. Algunas novedades propuestas para estos tres cursos son el trabajo evangelizador en torno a la religiosidad popular, el planteamiento de cómo acompañar las nuevas situaciones de retorno y emigración, y también el apoyo a familias y asociaciones de inmigrantes en la educación e integración de las segundas generaciones.
Precisamente este último tema centró la mesa redonda con la que concluyó el encuentro, en la que se compartieron cuatro experiencias y puntos de vista sobre cómo están los adolescentes y jóvenes inmigrantes y cómo se puede ayudar a las familias desde la sociedad y desde la Iglesia. Mateus, joven brasileño, manifestó la falta de motivación para estudiar por parte de muchos compañeros ante la situación de paro, y a la vez la casi imposibilidad de volver al país de origen porque la vida y las amistades ya están hechas aquí. Luis y María, ecuatorianos, padres de familia numerosa, compartieron sus dificultades económicas en estos momentos al tener poco trabajo, lo cual repercute en la imposibilidad de dar una educación universitaria a sus hijos, y a la vez dificulta también el retorno. Bibiana, presidenta de la asociación colombiana de Aranda de Duero, reclamó espacios donde ubicar a los jóvenes para evitar que se vayan por malos lados, e insistió en el cariño y apoyo familiar. Mariana, argentina, psicóloga de Cáritas, señaló cómo el éxito o fracaso escolar está muy ligado no al origen del adolescente o joven, sino a su clase social y a la desigualdad económica; expuso también cómo los jóvenes buscan algo efectivo y rápido, y eso explica la existencia de pandillas o el acercamiento a las drogas. Hubo un diálogo posterior amplio, con diversas aportaciones, donde también se habló del apoyo de la fe en la familia, la mayor facilidad para la integración de los niños pequeños, el rechazo que algunos adolescentes muestran hacia las actividades de sus padres en relación con los países de origen, las dificultades añadidas que tienen las jóvenes musulmanas, y la necesidad del respeto y aceptación de la diferencia.
Con este encuentro se concluyeron los actos que la Iglesia de Burgos ha organizado tanto en la capital como en Aranda y Miranda para celebrar la 100 Jornada Mundial de las Migraciones, “Haciendo un mundo mejor”. También se están recogiendo estos días los trabajos presentados al V Concurso escolar de dibujo y redacción convocado con motivo de esta Jornada, cuya entrega de premios tendrá lugar el sábado 22 de febrero por la tarde en la parroquia de Fátima.
El domingo 21 de julio el Obispo Ortodoxo Rumano de España y Portugal, monseñor Timotei Lauran, realizó una visita a su parroquia de Burgos dedicada a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, con ocasión de la bendición del nuevo iconostasio. Aprovechando esta circunstancia, la víspera por la tarde tuvo un encuentro con el Arzobispo de Burgos, D. Francisco Gil Hellín, y después ambos presidieron una oración conjunta en la catedral.
A la mañana siguiente, ya en la parroquia ortodoxa (situada en la c/ Caja de Ahorros Municipal), el Obispo Timotei procedió a la bendición del nuevo iconostasio (equivalente a nuestros retablos) y presidió la Sagrada Liturgia, dentro de la cual fue bautizada la hija del nuevo sacerdote ortodoxo rumano de Burgos. La larga ceremonia (más de cuatro horas) concluyó con un abundante aperitivo de productos rumanos. Asistió a la celebración una delegación de la Iglesia Católica de Burgos, encabezada por el Vicario General (que pronunció al final unas palabras), al que acompañaban varios responsables de migraciones y ecumenismo.
El Centro Cívico San Agustín de la capital burgalesa acogió los días 12 y 13 de junio las V Jornadas de diálogo organizadas por el Grupo de conocimiento y diálogo cristiano-musulmán, dependiente de la Mesa diocesana de pastoral con inmigrantes.
Tras la proyección de la película la primera tarde, en la segunda se realizó el cineforum partiendo de dos experiencias: la de Mohammad Beiloune Ten, musulmán sirio afincado en Zaragoza desde hace años, y la de Ramón García, sacerdote paúl párroco de Quintanadueñas, que durante 11 años trabajó en Melilla y atendió comunidades de religiosas en Marruecos. En el rico e intenso debate fueron saliendo experiencias e ideas distintas, como que no podemos hablar de “dioses” sino de un único “Dios”, que la política y la economía son las que están detrás de muchas violencias ejercidas en nombre de la religión, lo mucho que nos une en la fe y en la convivencia de cada día, la importancia de la oración y a la vez del trabajo por la justicia, la importancia del perdón, la necesidad de condenar la violencia… para acabar diciendo que el horizonte, el futuro, es el mismo para todos, y no hay otro camino que la convivencia en los pequeños detalles de cada día.