El Círculo de Silencio pide alternativas dignas a los Centros de Internamiento de Extranjeros

circulo-silencio-780x520

El próximo domingo, 14 de enero la Iglesia Católica celebra en todo el mundo la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado. Este año el Papa nos propone conjugar cuatro verbos fáciles de entender pero no tanto de llevar a la práctica: acoger, proteger, promover e integrar.Y en principio, el pontífice lo propone  a la comunidad cristiana, que necesita convertirse cada día y no olvidar que «cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo», pero en esta ocasión también lo propone a los organismos internacionales y a cada uno de los estados que se han comprometido a firmar a finales de este año un pacto global dedicado a los refugiados y otros a los emigrantes.

En torno a estos cuatro ejes se desarrolló el manifiesto al que se dio lectura en el el Círculo de Silencio celebrado ayer en el Paseo de Atapuerca como preludio de una serie de actos que se desarrollarán en los próximos días para celebrar la Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado. «Acoger se refiere a posibilitar que quienes salen huyendo de su tierra por la violencia o la pobreza puedan entrar de modo seguro y legal en los países de destino. Otro año más, en 2017, para nuestra vergüenza, han muerto al menos 3.100 migrantes en el Mar Mediterráneo. Acoger es dar la vuelta al revés a la política migratoria europea o norteamericana, y a otras más. Es tender puentes en lugar de cerrar fronteras. Pero acoger también se hace en la proximidad: lo podemos hacer cada uno de nosotros con quienes están aquí».

 

«Proteger», rezaba el manifiesto, «comienza en el país de origen, continúa en el camino y hay que seguir cuidándolo en el país de llegada. Expresamente ha dicho el papa que “en nombre de la dignidad fundamental de cada persona, es necesario esforzarse para preferir soluciones que sean alternativas a la detención de los que entran en el territorio nacional sin estar autorizados”. Traducido: alternativas a los CIEs. Los sucesos de estos últimos días en la cárcel de Archidona (Málaga), con un ciudadano argelino muerto, hablan de las muchas deficiencias de estos centros de internamiento y del dolor trágico e inhumano que se provoca a las personas recluidas».

 

«Promover es impulsar lo mejor de cada persona: ayudar a que cada migrante pueda realizarse como persona en sus diversas facetas, superando trabas administrativas que en muchas ocasiones dificultan desarrollar las propias cualidades, habilidades o creencias. Integrar, finalmente, es un verbo de doble dirección: suena mejor “integrarnos”, porque es tarea de todos. Enriquecernos unos con otros, poniendo al servicio de la comunidad lo propio, lo diverso. Construir una sociedad donde nadie se sienta excluido».

Los comentarios están cerrados.