España: El Santo Padre saluda la beatificación de 115 mártires

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(Zenit- Ciudad del Vaticano) El papa Francisco ha saludado la beatificación de 115 mártires de la guerra española, muertos por el odio de la fe en 1936; 94 sacerdotes la mayoría diocesanos –liderados por el P. José Alvarez-Benavides y de la Torre– y también por algunos franciscanos y una veintena de laicos, dos de ellos mujeres, quienes han sido beatificados en la ciudad española de Almería, este sábado 25 de marzo del 2017 por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación por la causa de los santos.

Evocando este acontecimiento después de rezar el ángelus, hoy domingo en la plaza San Pedro, el Pontífice ha subrayado que fueron “testigos heroicos de Cristo y de su Evangelio de paz y de reconciliación fraterna”. Entre los mártires figura una gitana, Emilia Fernández Rodríguez.

He aquí nuestra traducción íntegra de las palabras que el Santo Padre ha pronunciado después del ángelus.

Palabras del Papa después del ángelus

“Queridos hermanos y hermanas,

Ayer en Almería (España) José Alvarez -Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires han sido proclamados bienaventurados. Estos sacerdotes, religiosos y laicos, han sido testigos heroicos de Cristo y de su Evangelio de paz y de reconciliación fraterna. Que su ejemplo y su intercesión sostengan el compromiso de la Iglesia para edificar la civilización del amor.

Saludo a todos, provenientes de Roma, de Italia y de los diversos países, en particular a los peregrinos de Córdoba (España), a los jóvenes del colegio Saint-Jean Passy de París, a los fieles de Loreto, a los fieles de Quartu Sant Elena, Rende, Majori, Poggiomarino y a los adolescentes del decanato “Romana-Vitoria” de Milán.

A propósito de Milán, quisiera dar las gracias al cardenal  arzobispo  y todo el pueblo milanés  por la calurosa acogida de ayer. Verdaderamente, me sentí como en casa con todos, creyentes y no creyentes. Les doy las gracias queridos milaneses, y les voy a decir una cosa: he constatado que es verdad lo que se dice. En Milán se recibe con el corazón en la mano.

Les deseo a todos un buen domingo. Por favor no se olviden de rezar por mí. ‘Buen apetito y hasta la próxima’”.

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