La inmigración, en el centro del primer «Círculo del Silencio» de 2018 de las Cáritas de Salamanca y de Coria-Cáceres

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Cáritas. 26 de enero de 2018.- Anoche se celebró el primer “Círculo de Silencio” del año, organizado de manera simultánea por las Cáritas de Salamanca y de Coria-Cáceres. Los escenarios fueron la Puerta Zamora de Salamanca y el atrio de la iglesia de San Juan de Cáceres.

En esta ocasión, el tema sobre el que se reflexionó fue la inmigración, ya que el pasado 14 de enero tuvo lugar la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado. Como novedad esencial cabe destacar que la colaboración que ya mantenían las Cáritas de Salamanca y de Coria-Cáceres se intensificará durante este curso. Así, cada último jueves de mes este gesto de sensibilización y concienciación se celebrará al mismo tiempo en ambas ciudades.

El manifiesto que se leyó anoche en Salamanca y Cáceres fue el siguiente:

«Pobres son los que tienen la puerta cerrada. Los emigrantes y refugiados caminan buscando puertas abiertas, brazos abiertos. Viajan por la casa común en busca de un lugar donde vivir con dignidad.

Hoy nos sentimos parte de esa gran familia que es la Humanidad. Hoy queremos abrir los brazos para acoger, proteger, promover e integrar.

ACOGER. No es solo ofrecer un techo. Es sentir como si fuera nuestro, el viaje que tantos hacen por alcanzar un mundo mejor para ellos y sus familias. Supone garantizar el acceso a los servicios básicos. Acoger es abrazar, es acompañar, es hacer sentir al otro que no está solo.

PROTEGER. En los países de origen, en los de tránsito, en los de destino. Proteger con leyes laborales justas a los millones de trabajadores migrantes —y especialmente los que se encuentran en situación irregular— O facilitar recurso legal a los miles de solicitantes de asilo, o estar espe­cialmente atentos a la vulneración de los derechos de tantas víctimas de la trata. Y también es defender la vulnerabilidad de los menores no acompañados o de los que han sido separados de sus familias, primando siempre el interés superior del menor. Proteger es trabajar por la defensa de los derechos humanos. Proteger es usar las manos no solo para acumular, sino para defender y acariciar.

PROMOVER. Trabajar mucho más por la in­clusión social y profesional. Recuperar y valorar las com­petencias que ya traen las personas migrantes de sus países de origen y potenciar sus ganas de empezar de nuevo. O que se actúe en justicia para que los recursos sigan creciendo, teniendo siempre en el horizonte un desarrollo humano integral para todos. Promover es soñar y construir un futuro mejor

INTEGRAR desde el recono­cimiento mutuo de la riqueza cultural del otro. El reto es integrar a nuestros hermanos y hermanas en la vida cotidiana de nuestros barrios, ciudades y pueblos. Evitar siempre el rechazo y el aislamiento que impide cualquier diálogo cultural, social o religioso. Integrar es construir una sociedad nueva, una sociedad que no es mía ni tuya, sino nuestra.

Conjugar estos cuatro verbos (acoger, proteger, promover e integrar) en primera persona del singular y en primera persona del plural representa hoy un deber.

Nos comprometemos con los migrantes para mejorar el mundo.»

 

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