Manifiesto de la Mesa diocesana de pastoral con inmigrantes de Burgos “Contigo también. Salvemos la hospitalidad”

En vísperas de la 99 Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado,

convocada por la Iglesia Católica, nos reunimos de nuevo en Círculo de Silencio frente al Museo de la Evolución Humana. Y nos preguntamos, como hemos hecho en anteriores ocasiones: ¿hacia dónde evolucionamos? Porque parece que cada vez nos alejamos más del artículo 1º de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados de razón y conciencia, tienen el deber de comportarse fraternalmente los unos con los otros”.

Recordamos: el comportamiento fraternal, como hermanos, no solo es un derecho, sino un deber.


El Anteproyecto de Reforma del Código Penal que ha elaborado el
Ministerio de Justicia, en el artículo 318 bis, propone multas y penas de prisión
de hasta dos años a quien ayude a entrar, transitar o permanecer a un
ciudadano no comunitario sin permiso de residencia. Y deja en manos del
Fiscal la posibilidad de no acusar por este delito a quienes únicamente lo
hagan por prestar ayuda humanitaria. Es decir: ayudar a alguien sin papeles va
a ser un delito en todo caso, y solo si el Fiscal lo tiene a bien, el “delincuente”
podrá no ser acusado por ese delito. Y además, quien ejerza esta hospitalidad
con ánimo de lucro (alquilando un piso o una habitación, vendiendo comida o
medicinas…) en todo caso será acusado y condenado por ese delito, pues ha
obtenido un beneficio económico por esa acción.
Esto es intolerable. El Código Penal no puede criminalizar conductas
altruistas y humanitarias. Según esto, muchos de nosotros deberíamos ser
acusados, ir a juicio, pagar multa o entrar en la cárcel, y en todo caso se
estrenaría nuestra hoja de antecedentes penales. Una cosa es perseguir la
trata y tráfico de personas, que hay que hacerlo y con más medios, y otra cosa
es la hospitalidad. Además, es falso que el Gobierno de España esté obligado
a tomar esta postura, porque la Directiva Comunitaria de 2009 deja en manos
de cada Estado el no imponer sanciones cuando la ayuda a personas en
situación irregular sea de carácter humanitario. Por tanto, la intención que
vemos en este Anteproyecto es meter miedo tanto a los ciudadanos españoles
como a los extranjeros para que se niegue toda forma de apoyo a las personas
en situación irregular. Hace unos meses fue la sanidad, ahora es la
hospitalidad, ¿qué será lo siguiente?
Nos unimos a todas las acciones que están llevando adelante la
Plataforma “Salvemos la hospitalidad” y otros colectivos. Hacemos nuestro el
lema que los Obispos españoles han elegido para la próxima Jornada de las
Migraciones: “CONTIGO TAMBIÉN”. Contigo, tengas papeles o no. Porque la
persona está por encima de los permisos administrativos. Los derechos y la
dignidad no nos los da nadie; los tenemos todas las personas por ser hijos de
Dios. ¡SALVEMOS LA HOSPITALIDAD!

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