“Por favor, no apaguemos la esperanza en su corazón, no sofoquemos sus expectativas de paz”

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Francisco invita, en la Jornada Mundial de la Paz, a «realizar un mundo más solidario y acogedor

(Jesús Bastante).- Día de viento y lluvia en Roma. El primer Angelus de 2018 se vivió bajo un chaparrón, y con un recuerdo a refugiados y migrantes, a quien va dedicado el mensaje papal de la Jornada Mundial de la Paz. Y es que, una vez más, Francisco se erigió en portavoz de tantos miles de personas que arriesgan su vida por un futuro mejor. «Por favor, no apaguemos la esperanza en su corazón, no sofoquemos sus expectativas de paz».

‘La paz es siempre posible’ rezaba un inmenso cartel en el centro de la plaza de San Pedro. Son muchas las instituciones que hoy trabajan, sin descanso, por alcanzar la paz en un mundo sufriente, en mitad de esa ‘tercera guerra mundial a pedazos’ que tantas veces ha denunciado Bergoglio. En esta ocasión, el Papa animó a volver la mirada «a lo largo de los senderos del tiempo» para retornar al establo de Belén, la sagrada familia refugiada.

Y, especialmente a la Virgen, que «nos hace comprender cómo se acoge el evento de la Navidad. No superficialmente, sino en el corazón. Nos indica el verdadero modo de recibir el don de Dios: conservarlo en el corazón y meditarlo. Rezar contemplando este don, que es el mismo Jesús».

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