‘TIERRA DE TODOS’, UN OASIS DE LA IGLESIA EN TIEMPOS DE CRISIS

Fachada de la Fundación Tierra de Todos

Fachada de la Fundación Tierra de Todos

EMILIO LÓPEZ CÁDIZ | ACTUALIZADO 03.02.2014

La Fundación está ubicada en la antigua Casa del Obispo, en la plaza de Fray Félix Ofrece una amplia oferta de recursos y medios destinados sobre todo a los inmigrantes y a los jóvenes de los barrios populares

La Fundación Centro Tierra de Todos, inaugurada el 6 de octubre de 2006 por el entonces obispo de la diócesis Antonio Ceballos, con el objetivo de promocionar y lograr la integración social de los inmigrantes y de los jóvenes de los barrio populares de la ciudad, se ha convertido en un oasis en los actuales tiempos de crisis económica.

La Fundación, cuyo Patronato preside el actual prelado Rafael Zornoza, y que dirige el sacerdote Gabriel Delgado, responsable también del Secretariado Diocesano de Migraciones, que igualmente tiene su sede en la antigua Casa del Obispo, en la plaza de Fray Félix,  está dividida en tres áreas de trabajo, inmigración, juventud y nuevas tecnologías, a las que se une la de empleo, coordinadas por Jerónimo Vicente.
Durante el pasado año 1.458 inmigrantes, de 41 nacionalidades, fueron atendidos en el área de inmigración, que coordina Ana María Rizo, y en la que trabajan el abogado Santiago Yerga, Teresa Braza, Rafael Cubero y Conchi González.
Los inmigrantes, entre los que predominan bolivianos y marroquíes, disponen de un servicio de atención y orientación social, que incluye desde la acogida personal al apoyo a sus familias. «Pretendemos ser un referente para ellos, al menos un respiro para su situación y que vean que su vida importa», afirma Ana María Rizo.
Además dispone de un servicio jurídico para la gestión de documentación, permisos, autorizaciones, visados, expedientes de arraigo, nacionalidad, expulsión y defensa. Al respecto Santiago Yerga afirma que es un servicio esencial para impedir que se abra más la brecha de la integración, dada su vinculación actual con el empleo, un problema que afecta además a la familia.
En cuanto a la formación, se les ofrecen cursos de geriatría, con prácticas en las residencias de San Juan de Dios y Fragela; para la obtención del carnet de conducir, primeros auxilios, ayuda a domicilio y español.
Igualmente existe un programa de búsqueda de empleo, tutorizada a través de Internet,  y una bolsa de empleo, en la que la Fundación ejerce la mediación laboral. Ofrece igualmente un servicio de ludoteca para los niños,  mientras que los padres asisten a los cursos.
Por su parte, el área de juventud atendió en 2013 a 3.000 jóvenes, de ellos 2.500 participantes en los  talleres impartidos en institutos de la Bahía, mientras que 75 con discapacidad han realizado talleres sobre tecnologías de la información y la comunicación (TICs), 150 han sido usuarios de 10 talleres de formación, 20 han asistido a clases de apoyo escolar, 150 han recibido orientación sobre empleo y formación y 100 han tenido un seguimiento personalizado.
Nuria Güeto Matavera, la coordinadora, con la que trabajan el psicólogo Miguel Ángel Jaime Medina  y el ingeniero informático José Manuel García Rueda, destaca sobre todo el seguimiento  personalizado a un centenar de jóvenes, «porque es muy importante para los jóvenes en la búsqueda de su horizonte de vida y para conseguirlo el acompañamiento es fundamental».
Además de un taller de búsqueda de empleo por Internet,  ofrecen  cursos de dependiente de comercio, habilidades sociales para atención al público, inglés turístico, primeros auxilios, nuevas tecnologías,  acompañamiento a discapacitados y electricidad y reparación de pequeños electrodomésticos, que imparte un voluntario, Ramón Patiño, jubilado de Astilleros, y que ya ha generado tres empleos. También ofrecen clases de apoyo escolar, acompañamiento para los exámenes de acceso libre a la ESO  y diversas acciones para potenciar la convivencia.
Por otro lado en el área de las nuevas tecnología, el aula contó con 1.466 usuarios durante el pasado año, en el que se impartieron 18 cursos y se formaron a 218 personas.
Amara García,  responsable del área, en la que también colabora José Manuel García, destaca que el aula dispone de 55 ordenadores repartidos en dos salas, a las que acuden gente de todas las edades, desde parados que necesita renovar su curriculum a universitarios que no disponen de ordenador. A todos se ofrece atención personalizada sobre el uso de las nuevas tecnologías y  cursos de formación en función de las necesidades que los mismos usuarios les van planteando.
Amara García resalta que «las nuevas tecnologías se han convertido en una herramienta imprescindible , algo necesario que supone además acceder a todo en igualdad, desde buscar empleo a sacar un billete de tren».
En cuanto al área de empleo, de la que es responsable la psicóloga María de la Cruz,  dice que la mayor demanda es de jóvenes menores de 30 años y de mayores de 45, que llega al centro por voluntad propia o a través del Servicio de Orientación para el Empleo del Programa Andalucía Orienta de la Junta de Andalucía.
«Pretendemos orientarlos en que sean activos en la búsqueda de empleo, no somos una agencia de colocación,  lo que pretendemos es ayudarlos en esa  búsqueda mediante el conocimiento de su situación personal y de sus necesidades, derivándolos a los demás recurso que ofrece la casa».
Tierra de Todos desarrolla igualmente un programa de cooperación con el Norte de Marruecos «con el objetivo de sensibilizar a los jóvenes e implicarlos en un compromiso social y cristiano a través de la colaboración con entidades que trabajan con los llamados ‘niños de la calle’, discapacitados físicos y psíquicos», según afirma Jerónimo Vicente.
Actualmente, en colaboración con la parroquia de los franciscano de Tetuán, desarrollan un programa de formación en las nuevas tecnologías, otro de promoción de la mujer y un tercero de formación de las familias y voluntarios que atienden a enfermos discapacitado cerebrales.
Todos las actividades son gratuitas y algunos programas concretos se llevan a cabo gracias a  subvenciones de entidades públicas  como la Diputación y la Junta de Andalucía y de otras privadas como la Fundación Vodafone.
Gabriel Delgado agradece dichas aportaciones y señala que con los recortes actuales se han reducido mucho las subvenciones de las administraciones públicas, por lo que muchas entidades están desapareciendo, lo que sufren las personas y las familias más afectadas por la crisis.
«La Iglesia está haciendo un gran esfuerzo para seguir manteniendo y financiando  una gran parte de esta obra social, porque considera que mucha gente desfavorecida, que lo está pasando muy mal,  está encontrando un apoyo y un horizonte de futuro a través de estos programas.  Y no puede dejar  a toda esta gente en la estacada», destaca Gabriel Delgado, y añade que «es posible por la apuesta personal y  de dos obispos que están relacionados con este proyecto social, don Antonio Ceballos, que fue quien con mucha ilusión apostó por comenzar esta obra e hizo un convenio de colaboración para garantizarla, y don  Rafael Zornoza, porque una de sus primeras visitas cuando llegó a Cádiz fue a este centro, se reunió con nosotros,  nos animó a continuar con esta labor y nos prometió todo su apoyo y colaboración para mantener esta programación social  al servicio de los inmigrantes, los jóvenes y los barrios populares.  Sin esta colaboración de la Iglesia todo esto se vendría abajo y prácticamente no se podría mantener esta gran apuesta por los que lo están pasando peor».

Los comentarios están cerrados.