TRABAJO EN RED ENTRE LA VALLA Y EL MAR DE MELILLA

imagenEn estos días, nuestros compañeros Chema y Silvia han viajado a Melilla para compartir el proyecto que FUNDACIÓN RED ÍNCOLA desarrolla en esta ciudad con Religiosas de María Inmaculada. Este proyecto de intervención educativa de menores inmigrantes, ha sido una de las líneas financiadas por el Ministerio de sanidad, servicios sociales e igualdad.

El sábado llegamos a esta ciudad con una gran expectación. En los últimos meses no hemos parado de ver en los medios imágenes de Melilla: la valla, pateras, el CITE ¿Alguien se ha preguntado qué más hay en Melilla? Dicen que Melilla es azul, y cuando bajas del avión, entre el color del mar y la luz del cielo confirmas este nombre. Los olores y bellos edificios te sorprenden. Aquí conviven cristianos, musulmanes, hebreos e hindús, en un diálogo interreligioso continuo que se ha forjado durante generaciones de forma natural.

Sin embargo, después de cruzar la ciudad, te encuentras la última frontera de Europa. La valla impacta. Cada tramo recuerda aquellas personas que esperan desesperados al otro lado, en busca de una oportunidad y una vida. Cuando miras la costa y ves una barca a lo lejos te preguntas ¿serán unos pescadores o personas que se han echado al mar dando su vida por un sueño?

Las Religiosas de María Inmaculada viven en el Monte María Cristina.Un barrio musulmán, empobrecido, que ha crecido alrededor de los muros de la cárcel y una incineradora de basura. Las “hermanas del monte” como aquí se las llama, hacen un trabajo excepcional acogiendo y apoyando a las familias, y especialmente a las mujeres y niños desde hace cincuenta años. Realizan una acogida personalizada, comprometidas por la justicia, según el carisma de Santa Vicenta María. Cada día ponen en marcha la guardería con una treintena de niños, el comedor se llena con 100 menores que acuden después del colegio, servicio de alimentos, ropero, apoyo escolar, alfabetización y cursos de formación entre otras muchas acciones que hacen en este barrio.

Por esta razón el proyecto que hemos emprendido juntos desde Fundación Red Íncola para la atención educativa de los menores tiene tanta fuerza. El próximo viernes comenzarán las actividades del centro juvenil, en la que se han contratado a dos monitores junto la labor de voluntarios. Esperamos sea el comienzo de otros muchos proyectos, que puedan ayudar a que este barrio respire con paz.

Fuente: http://www.redincola.org/noticia.php?id_not=392

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