Misa Funeral por los Migrantes muertos en el Mediterraneo

egidioEl obispo de Albacete y presidente de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ciriaco Benavente, presidió el  domingo 26 de junio, coincidiendo con las elecciones generales, una misa funeral organizada por la Comunidad de San Egidio y que cuenta con el apoyo de una decena de organizaciones de la Iglesia católica, en recuerdo de las personas migrantes que han muerto en el Mediterráneo o fuera de él cuando intentaban alcanzar suelo europeo.

Esta misa funeral, que se celebra todos los años bajo el lema ‘Morir de esperanza’ se celebró , además de en otras muchas ciudades europeas ,   en la Iglesia de San Roberto Belarmino, en Madrid. El objetivo es recordar a todos aquellos que han perdido la vida intentando cruzar a Europa en busca de un futuro mejor. Durante la celebración se recuerdan  episodios concretos y los nombres de algunos de estos migrantes.

Las organizaciones de la Iglesia que apoyan esta iniciativa son: Karibu, Manos Unidas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), la Mesa para la Hospitalidad de la diócesis de Madrid, la Merced Migraciones, Fundación Sur, Compañía de María-Provincia de España, Hermanos de La Salle, Misioneros del Verbo Divino, Capellanía Africana de Madrid y Servicio Jesuita al Migrante.

ver más : http://www.santegidiomadrid.org/?p=5879

El papa recibió a los artistas circenses

circoEl papa Francisco recibió en el Vaticano el 16 jun 2016 a miles de artistas circenses en el aula Pablo VI del Vaticano, que se exhibieron ante él y le llevaron dos cachorros de tigre y de pantera para que los pudiera acariciar.

«Sabéis hacer sonreír a un niño, iluminar la mirada de una persona y hacer que los hombres se sientan más cercanos los unos de otros, pero también asustar al papa con estas caricias. ¡Sois poderosos!», dijo Francisco a los 7.000 participantes en este acto en ocasión del Jubileo del mundo del espectáculo itinerante.

El pontífice se refería a uno de los momentos más aplaudidos de la audiencia cuando un domador le invitó a acercarse a acariciar a un cachorro de tigre, aunque ya de grandes dimensiones.

circo 2Aunque Francisco en un primer momento dudó, termino acercándose y acariciando al felino, a quien alimentaban con un biberón para tenerle distraído.

A Francisco también le acercaron un cachorro de pantera de pocas semanas al que también acarició.

En esta audiencia a los circenses, feriantes, integrantes de bandas musicales y artistas de la calle, Francisco aseguró que «la Iglesia se preocupa de los problemas que acompañan su vida itinerante y los quiere ayudar a eliminar los prejuicios que, a veces, los tienen un poco marginados».

«Ustedes son artesanos de la fiesta, de la maravilla, de lo bello: con estas cualidades enriquecen la sociedad de todo el mundo, alimentando sentimientos de esperanza y de confianza, con exhibiciones que tienen la capacidad de levantar el ánimo», les dijo el papa.

Durante su discurso, el pontífice hizo referencia a una de las músicas que sonaron durante las exhibiciones: la banda sonora de Nino Rotta para la película «La Strada» del director italiano Federico Fellini.

«Pensaba en esa niña (interpretada por Giulietta Massina) que con su humildad y bonito trabajo itinerante lograba ablandar el duro corazón de un hombre (el actor Antohny Quinn), que había olvidado cómo se lloraba», agregó.

«¡Ustedes no pueden imaginar el bien que hacen, un bien que se siembra!»»¡Gracias por esto!», expresó el papa

El circo produce belleza que hace bien al alma, porque la belleza aproxima a Dios. Lo dijo el papa Francisco después que varios artistas animaron durante algunos minutos la audiencia de este miércoles en la plaza de San Pedro.

“Saludo a los artistas y profesionales del circo –dijo el Santo Padre improvisando– y les agradezco por su bonita exhibición. Ustedes son autores de belleza, hacen belleza y la belleza hace bien al alma, la belleza nos acerca a Dios”. Además reconoció que “¡detrás de este espectáculo tan bello cuántas horas de entrenamiento existen. Sigan adelante, y gracias!”. Poco después el Papa saludó personalmente a varios de los artista que realizaron esos pocos minutos de espectáculo.

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Circenses saludan al Papa

No es la primera vez que los circenses animaron audiencias y actos en el Vaticano. Por ejemplo, animaron una audiencia hace un año, así como en la Jornada de la Familia convocada en octubre del 2013 por el papa Francisco. Asimismo,  el 14 de enero pasado la Lismosnería Apostólica organizó una visita a un circo de Roma para familias y personas necesitadas. También animaron una audiencia hace un año atrás; y lo hicieron en la Jornada de la Familia convocada en octubre del 2013 por el papa Francisco.

La Iglesia se ocupa del apostolado con los artistas circenses a través del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, que en varias ocasiones expresó su “reconocimiento a todas las personas comprometidas en el mundo del espectáculo itinerante, como los artistas, los trabajadores y el personal de seguridad”, como lo hizo en la Jornada convocada por la Fédération Mondiale du Cirque bajo el patrocinio de la princesa Estefanía de Mónaco, en abril de 2011, y el en el 2013 con un mensaje motivo de la IV Jornada Mundial del Circo.

Bajo el pontificado de Benedicto XVI, el 1 de diciembre de 2012 recibió en el Aula Pablo VI a unos 6 mil artistas de calle y de circo, durante Año de la Fe. Allí aseguró que “la distracción de los espectáculos, la alegría recreativa del juego, la gracia de las coreografías y el ritmo de la música constituyen una vía inmediata de comunicación para dialogar con pequeños y grandes, y suscitan sentimientos de serenidad, de alegría, de concordia”.

Juan Pablo II también se ocupó de ellos en diversas ocasiones, como el 16 de diciembre de 2004 cuando afirmó que los profesionales del circo y de los parques de atracciones o ferias gozan con su trabajo de una “ocasión privilegiada para anunciar valores auténticamente humanos” en todo el mundo.

http://www.efe.com/efe/america/gente/el-papa-recibio-a-artistas-circenses-y-acaricio-unos-cachorros-de-tigre-pantera/20000014-2958249

El Stella Maris BCN, elegido mejor centro mundial de marinos

_RL10374Barcelona, 24 jun (EFE).- El Centro Stella Maris del Apostolado del Mar de Barcelona ha recibido hoy el premio Seafarers’ Centre of the Year 2016, que le reconoce como el mejor centro mundial de marinos.

El premio lo concede la International Seafarers Welfare and Assistance Network (ISWAN), que ofrece servicios de asistencia religiosa y secular a los marinos y que trabaja para apoyar el bienestar de estos profesionales en todo el mundo, y para la aplicación del Convenio sobre el Trabajo Marítimo de 2006.

El año pasado, Stella Maris Barcelona visitó a 2.032 buques con banderas de países de todo el mundo y marinos mayoritariamente filipinos, y transportó a 4.877 tripulantes de todas las nacionalidades a la ciudad.

En la Estación Marítima de cruceros se atendió a 4.125 marineros, principalmente de Filipinas (48%), Indonesia (22%), India (17%) e Italia (2%).

Un total de cuarenta y dos voluntarios trabaja de forma altruista en Stella Maris Barcelona, todos los días del año, asistiendo a los marineros de los más de dos mil buques mercantes que amarran cada año en el Puerto de Barcelona, así como a las dotaciones de los cruceros.

Ricardo Rodríguez Martos, que está al frente de Stella Maris Barcelona, ha recogido el premio en la ciudad de Manila (Filipinas), en un acto al que asistieron unas trescientas personas, entre representantes de marinos, empresas de transporte, sindicatos y organizaciones de bienestar. EFE

http://www.lavanguardia.com/vida/20160624/402734239096/el-stella-maris-bcn-elegido-mejor-centro-mundial-de-marinos.html

La iglesia de San Antón acogió una mesa redonda sobre el drama de los refugiados


Sebastián Mora: «Tenemos una solidaridad de corto alcance, reaccionamos ante el miedo o la cercanía del dolor»

José Luis Pinilla, sj.: «Ya es hora de que la sociedad española reconozca a los emigrantes su labor»

Jesús Bastante, 15 de junio de 2016 a las 08:32

Hace dos años, ya había 60 millones de refugiados. Esas mismas personas estaban muriendo en Jordania, Siria, Líbano… pero no nos preocupaba. ¿Cuándo comenzó a preocuparnos? Cuando llegaron a las puertas de Europa.

El debate, con motivo de la publicación de«Éxodo» (Publicaciones Claretianas), del cardenal Tagle, giró no sólo en el drama de los refugiados del este de Europa, sino también en las miles de historias de hombres y mujeres obligados a abandonar su hogar huyendo de todo tipo de guerras, las que matan con bombas y fusiles y las que lo hacen a través del hambre, la sed o cualquier otro tipo de injusticia.

Junto a Mora, el padre Ángel, presidente de Mensajeros de la Paz, quien habló de un «mismo dolor» en los campos de Idomeni o en las vallas de Melilla; la hermana Julia García Monge, de Confer, que denunció que «no debería haber migrantes de primera y de segunda categoría»; o el jesuita José Luis Pinilla, responsable de migraciones de la Conferencia Episcopal, quien reconoció que «en la Iglesia hacemos mucho, pero no sabemos ‘venderlo’ bien», y reclamó que «ya va siendo hora de que la sociedad española reconozca a los emigrantes su labor para construir nuesro país».

Moderando, el editor del libro, Fernando Prado quien recordó que el título «Éxodo» viene del griego, pues esa misma palabra significa «Salida» y se encontraba a la puerta del campo de Idomeni que visitó el cardenal Tagle hace meses, llevando la solidaridad del Papa Francisco y recordando que «cada comunidad cristiana podría acoger a una familia de refugiados». «En españa hay 20.000 parroquias», recordó Prado.

Por su parte, Sebastián Mora incidió en que vivimos un momento «de tiempo eje» en Europa, unos años en los que «a veces no acertamos a comprender lo que sucede». En este sentido, alabó cómo la sociedad europea se ha volcado en el drama de los refugiados, especialmente a través de los medios de comunicación, pero advirtió que «poniendo el foco en el refugio, estamos desenfocando la realidad de la indignidad humana». Y es que, hace dos años, «ya había 60 millones de refugiados. Esas mismas personas estaban muriendo en Jordania, Siria, Líbano… pero no nos preocupaba. ¿Cuándo comenzó a preocuparnos? Cuando llegaron a las puertas de Europa».

Ante la solidaridad de corto alcance, «necesitamos una cultura que sepa acoger al que viene, pero mantenga una mirada larga para no terminar cambiando de tema cuando pasa la foto». ¿Estamos a tiempo? Dudas. «Estamos incapacitados social y políticamente para tener una mirada de altura», denunció el secretario general de Cáritas, quien no obstante invitó a lograr «que todo el dolor del mundo nos lleve a acoger el dolor concreto, y tener una mirada de justicia y misericordia», pues «sólo una fe herida es creíble».

El padre Ángel, en una breve alocución, recordó sus visitas a los campos en Grecia, pero también en Jordania, con el padre Carlos, y no quiso olvidar el drama de las concertinas en nuestra frontera Sur. «Todo esto debería provocarnos vergüenza y dolor», subrayó el sacerdote, pero «también sigue siendo una preciosa verdad la solidaridad», como día a día, demuestran desde Mensajeros, Cáritas y multitud de ONG, muchas de ellas con el Evangelio de Jesús como guía.

Para la hermana Julia García Monge, es importante que la Iglesia, y en especial la vida religiosa, ponga «la acogida y la promoción de la justicia en el centro de toda la pastoral», y que aprendamos a «vivir la acogida en las comunidades, las casas, hasta en los conventos vacíos«, como señalaba el Papa.  Con esta voluntad, la práctica totalidad de las congregaciones, recordó, «pusimos nuestros recursos materiales y personales para la llegada de los refugiados».

«Como los refugiados no llegaban, emprendimos una reflexión más profunda: por qué no trabajar la acogida no sólo con los ‘refugiados oficiales’, sino también con todos los que están viviendo en nuestro país en situaciones muy duras», recalcó García Monge. «Yo quiero ser fiel a la hospitalidad», apuntó, «hacernos compasivos con todo aquel que está sufriendo, además de la frontera este, tenemos la frontera sur«.

Finalmente, José Luis Pinilla subrayó la necesidad de «implicarse con la realidad vulnerable y herida de los refugiados», para, como dice Francisco (y el Evangelio), «colocar en el centro de la Iglesia las periferias». «También nosotros fuimos emigrantes, y la Iglesia no quiere que perdamos la memoria. Los cristianos somos un pueblo errante».

¿Qué podemos hacer como Iglesia? Para Pinilla, «lo importante no es tanto lo que yo hago con ellos, que lo es, sino prevenir, advertir, preguntarse por qué ha pasado, y dejarse ayudar por ellos. No hablar de ellos, no hablar sobre ellos, sino hablar desde ellos«.

http://www.periodistadigital.com/religion/solidaridad/2016/06/15/sebastian-mora