José Luis Pinilla sj 08 de julio de 2013 a las 08:24.- Cuando el Papa ha decidido viajar a Lampedusa además de los tristes recuerdos e imágenes que dicha isla evoca respecto a la inmigración, me ha hecho recordar la película «Terraferma» que se estrenó en España hace un año, y que fue rodada en dicha isla. Su trama es el reflejo de un drama similar al que vivimos en nuestras costas cuando se mezclan de manera irónica y trágica los bañistas del sur de la península que disfrutan de su descanso con los emigrantes recién llegados, exhaustos y casi moribundos, desembarcando de las barcazas que no son más que balsas casi de juguete.
El director es un italiano llamado Emanuele Crialese que ya en su día se rebeló contra la costumbre social de poner etiquetas al individuo, y por ello trató de excluir en su película algunos términos como «ilegal», «extra-comunitario» o «inmigrante», considerándolos expresiones despectivas y segregacionistas. Construyó entonces un mundo imaginario que fue el mejor camino para poder tratar este tema sin tener la necesidad de caer en este tipo de concepciones.
En alguna de sus entrevistas compartía sus emociones. Son también las mías. Sigue leyendo



