Propuestas del Coloquio sobre Trata desarrollado en El Vaticano

PONTIFICIAS ACADEMIAS DE LAS CIENCIAS Y DE LAS CIENCIAS SOCIALES Y FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE ASOCIACIONES DE MÉDICOS CATÓLICOS ENVIARON LA DECLARACIÓN SOBRE LA TRATA DE PERSONAS

(Tomado de Alameda Mar del Plata. 22 de Noviembre de 2013)

El Papa en medio de todos los presentes en el coloquio

El Papa en medio de todos los presentes en el coloquio

Ciudad del Vaticano, noviembre de 2013
La trata de personas es la forma más extendida de esclavitud en este siglo XXI!
Papa Francisco, mensaje pascual, 2013

http://alamedamardelplata.wordpress.com/2013/11/22/propuestas-del-coloquio-sobre-trata-desarrollado-en-el-vaticano/

DÍA UNIVERSAL DE LA NIÑA Y EL NIÑO

Sin títuloEl 20 de noviembre recordamos que ese mismo día de 1989, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño, entrando en vigor el 2 de septiembre de 1990.

Sin embargo, aunque numerosos países protegen a la infancia a través de sus leyes, no siempre éstas se cumplen.

Es el momento de recordar que son muchos los niños y las niñas que viven en una situación de pobreza y marginación en todo el mundo, sin acceso a la educación, sin higiene, sin hogar, sin protección jurídica, afectados por enfermedades…, lo que les sitúa en una posición de especial vulnerabilidad.

Te invitamos a ver este vídeo y reflexionar sobre su mensaje: https://www.youtube.com/watch?v=KMxqiH7jED0

LA RELIGION COMO TABLA DE SALVACIÓN

Publicado en VIDA  NUEVA el 18.01.2013

RELIGIONJAUME FLAQUER, responsable del área teológica de Cristianismo y Justicia y coordinador del área religiosa de Migra Studium | La religión es para muchos inmigrantes un oasis en medio del desierto del nuevo mundo en el que se han instalado, compañía para momentos de soledad y tabla de salvación en la marea de personas que viven, piensan, celebran y disfrutan de manera diferente.

A la añoranza de los familiares que han dejado atrás, se añade a menudo el recuerdo melancólico de las formas de celebración de la fe en sus países. Los cristianos latinoamericanos, árabes, africanos, chinos, filipinos o de la Europa del Este no son una excepción, como tampoco lo fueron los andaluces o extremeños llegados hace décadas a Cataluña.

Muchos inmigrantes expresan el sentimiento de verse solos, pero con el consuelo de un Dios que les acompaña. La convicción –que para muchos es prácticamente una evidencia– de que Dios no les dejará abandonados es con frecuencia una fuente de esperanza fundamental. “Doy gracias a Dios por tener fe”, hemos oído muchos de los que trabajamos con inmigrantes.

En la primera etapa de la migración, o en una época de dura crisis económica como la actual, la práctica religiosa no es prioritaria, ya que la supervivencia y la búsqueda de empleo son la principal preocupación. Si a ello añadimos la dificultad de “sentirse en casa” en nuestras misas faltas de vida y llenas de gente mayor, entenderemos la desafección de algunos de ellos (de edad más joven) por la práctica eucarística semanal.

El sentimiento religioso, sin embargo, a menudo permanece intacto. Sus casas están llenas de imágenes religiosas que evocan la religiosidad popular de origen. A veces, tienen la suerte de obtener el permiso parroquial para poner una estatua de su virgen en alguna capilla lateral de la iglesia del lugar, y logran así una vinculación afectiva con ella.

La formación de comunidades de fe a partir del origen de los inmigrantes favorece, sin duda, la práctica religiosa, ya que esta va acompañada de elementos de socialización desde parámetros conocidos por el inmigrante.

Concretamente, en 2006, un 88% de los ecuatorianos que vivían en Cataluña se consideraban creyentes, y solamente un 12% confesaba una práctica religiosa nula, mientras que el 11% declaraba ser muy practicante y un 19%, bastante practicante. La mayoría (un 58%), sin embargo, declaraba asistir poco a los oficios religiosos. Por lo que respecta a los rumanos, que son mayoritariamente ortodoxos (88%), el número de no practicantes era mayor, un 18%, pero un 17% declaraba practicar mucho, y un 27%, bastante.

La formación de comunidades de fe a partir del origen de los inmigrantes favorece, sin duda, la práctica religiosa, ya que esta va acompañada de elementos de socialización desde parámetros conocidos por el inmigrante. La comunidad de fe se convierte también en un lugar de búsqueda de oportunidades laborales y de consejo ante las dificultades del proceso migratorio.

Los inmigrantes se encuentran, sin embargo, ante el reto de decidir qué papel otorgar a la religión en el proceso de inculturación en la nueva sociedad, ya que en la Cataluña poscristiana el inmigrante se expone a una doble “marginación”: la que proviene del hecho de su extranjería y la de la pertenencia a la minoría de cristianos practicantes.

Esto se hace todavía más patente en la segunda generación, cuando el joven coloca la cuestión religiosa junto a los elementos culturales de sus padres, frente a los cuales deberá tomar una cierta distancia –en continuidad o en ruptura, según los casos– si quiere integrarse en el grupo de jóvenes del barrio de su generación.

 

LA PARROQUIA MULTICULTURAL

Publicado en VIDA NUEVA el 18.01.2013

EN PARROQUIAJORDI LLISTERRI | La Iglesia no es muy experta en estadísticas, pero algunos párrocos ya hablan del 30% de actividades parroquiales relacionadas con los inmigrantes. Otros dicen que más de la mitad de los niños de la catequesis o la mayoría de los jóvenes que se confirman son hijos de inmigrantes. Después de una década con una gran oleada migratoria, ahora su presencia se consolida.

“Ya es normal que los inmigrantes vengan a la parroquia, lean las lecturas, sean catequistas, algunos estén en el Consejo Pastoral”, dice Josep Maria Jubany. Es el delegado de Pastoral Social de Barcelona y, hasta hace poco, párroco en un barrio de L’Hospitalet de Llobregat.

Desde esta doble experiencia en ambientes tan diferentes también explica que no ocurre lo mismo en el centro de la ciudad que en los barrios más acomodados: “Vienen a acompañar a alguna abuela a misa, los vemos en porterías, por las calles, en las tiendas… y vienen a pedir ayuda a la bolsa de trabajo o al banco de alimentos, pero en las celebraciones no están, y mucho menos en la estructura de la parroquia”. Sigue leyendo