Ayer fue el día del Refugiado. Fueron muchas las entidades de Iglesia que se hicieron presentes y activas en ese día. De la Red eclesial “Migrantes con derechos” rescato este párrafo de su comunicado
Mujeres, hombres y niños de todo el mundo se ven obligados a abandonar sus hogares por la violencia, la persecución, los desastres naturales y los provocados por el hombre, el hambre y muchos otros factores. Su deseo por escapar al sufrimiento es más fuerte que las barreras que se alzan bloqueando su camino. La oposición de algunos países a la migración de los desplazados forzosos no podrá impedir que aquellos que padecen un sufrimiento insoportable abandonen sus hogares.
Al releerlo en la noche recordé, como en un retrovisor , hechos como estos entre otros muchos :
Encuentran muerto a un polizón emigrante en un barco de Costa de Marfil y atracado en A Pobra
2016 Jóvenes Inmigrantes en Melilla se entierran bajo la chatarra en contenedores para dar el salto a la Península (como algunos les tratan casi como basura supongo que creerían pasa desapercibidos)
2014: Un hombre ha aparecido muerto en el tejado de un comercio de Londres.. Era un emigrante escondido en el tren de aterrizaje y caído desde un avión que venía de Sudáfrica (¡13.000 kilómetros!) y a punto de aterrizar en Heathrow. Ahí, (¿lo saben?) falta oxígeno y las temperaturas son bajo cero. De este hombre no sabemos su nombre. Etc etc
Y sigo mirando hacia atrás.. Me voy a 1999. Es decir, hace “tan solo” quince años. Un suceso parecido. En Bruselas. De estos sí sabemos su nombre y edad. Se llamaban Yaguine Koita de 14 años y Fodé Tounkara de 15 años. Estudiantes de Guinea-Conakry. Murieron congelados en el tren de aterrizaje de un avión que les llevaba, clandestinos, al corazón de Europa. Aunque iban muy abrigados, no pudieron resistir las bajísimas temperaturas (entre 40 y 55 grados bajo cero). Fueron los autores de una carta de sencillez y clarividencia admirables, una auténtica bofetada a los intolerantes. Se la recogieron abriendo su mano apretada contra el corazón.
Este es el texto: “Excelencias, Señores miembros y responsables de Europa. Tenemos el honorable placer y la gran confianza de escribirles esta carta para hablarles del objetivo de nuestro viaje y del sufrimiento que padecemos los niños y los jóvenes de África. Pero, ante todo, les presentamos nuestros saludos más deliciosos, adorables y respetuosos con la vida. Con este fin, sean ustedes nuestro apoyo y nuestra ayuda. Son ustedes para nosotros, en África, las personas a las que hay que pedir socorro. Les suplicamos, por el amor de su continente, por el sentimiento que tienen ustedes hacia nuestro pueblo y, sobre todo, por la afinidad y el amor que tienen ustedes por sus hijos a los que aman para toda la vida. Además, por el amor y la timidez de su creador, Dios todopoderoso que les ha dado todas las buenas experiencias, riquezas y poderes para construir y organizar bien su continente para ser el más bello y admirable entre todos. Señores miembros y responsables de Europa, es a su solidaridad y a su bondad a las que gritamos por el socorro de África. Ayúdennos, sufrimos enormemente en África, tenemos problemas y carencias en el plano de los derechos del niño”.