El auge económico de España tras adoptar el euro en 1999 la convirtió en tierra de oportunidades para millones de trabajadores latinoamericanos que emigraron al país ibérico.
Pero desde que la década de prosperidad terminó hace cuatro años, muchos de ellos han regresado acompañados de un creciente número de desilusionados españoles que creen que Latinoamérica, con sus economías en desarrollo y un menor costo de vida, tiene más que ofrecer.
Tradicionalmente, los españoles no emigran y son los europeos que menos salen al extranjero a trabajar. Pero con una tasa de desempleo del 25%, cada vez están más dispuestos a probar suerte en otras tierras.
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