El ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, aseguró en julio que la «fuga de cerebros nunca puede considerarse un fenómeno negativo». Las palabras de Irene Rupérez son bien distintas. Rezuman desilusión, impotencia, resignación. Con 24 años, es diplomada en relaciones laborales y licenciada en periodismo. Posee un máster oficial en comunicación y periodismo deportivo, un curso de community manager y habla bien inglés. Ha trabajado en grandes cadenas de televisión y agencias de prensa, pero en España no encuentra empleo.
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