Se ha prestado hasta ahora muy escasa atención a los factores demográficos en la ya larga crisis que padecemos. Uno de los más relevantes, sin duda, es el fenómeno migratorio. Pues bien, nos encontramos ante un hecho sorprendente: España, con una tasa de paro abrumadora, es el país entre las grandes naciones de la Unión Europea que acoge en su seno una mayor proporción de inmigrantes.
¿No podemos calificar de verdadera anomalía el que, con tasas de paro que doblan o triplican a las de Alemania, Francia, Italia o Gran Bretaña y con una renta per cápita inferior a la de estas naciones, España tenga un número de inmigrantes sensiblemente superior? ¿Resulta sostenible esta situación en el futuro?
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La Razón. De país de inmigración a país de emigración por Eugenio Nasarre.