EL DÍA DE HOY LA COMPAÑÍA DE JESÚS Y SUS OBRAS AFINES INICIAN EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE UNA CAMPAÑA A FAVOR DE UNA CULTURA DE LA HOSPITALIDAD
Domingo, 19 de enero de 2014
Con motivo de la Jornada Mundial del emigrado(a) y refugiado(a) que la Iglesia Católica celebra el día de hoy, el Papa Francisco ha elaborado un mensaje en el que resalta que “la llegada de emigrantes, de prófugos, de los que piden asilo o de refugiados, suscita en las poblaciones locales con frecuencia sospechas y hostilidad. Nace el miedo de que se produzcan convulsiones en la paz social, que se corra el riesgo de perder la identidad o cultura, que se alimente la competencia en el mercado laboral o, incluso, que se introduzcan nuevos factores de criminalidad.” Por ello le parece necesario promover “un cambio de actitud hacia los inmigrantes y los refugiados, pasar de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación – que, al final, corresponde a la “cultura del rechazo” – a una actitud que ponga como fundamento la “cultura del encuentro”, – la cultura de la hospitalidad – la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor”.
Atendiendo esta invitación, la Conferencia de Provinciales de la Compañía de Jesús en América Latina (CPAL) decidió apoyar la campaña internacional para promover una cultura de la hospitalidad en nuestro continente, que la Red Jesuita con Migrantes de América Latina y el Caribe (RJM-LAC), la Federación Internacional de Fe y Alegría (FIFyA), la Comunidad de Vida Cristiana (CVX) y la Federación Latinoamericana y del Caribe de Colegios Jesuitas e Ignacianos (FLACSI) han decidido iniciar el día de hoy.
Con esta campaña, las redes mencionadas pretenden fomentar la experiencia de la hospitalidad como una actitud y práctica fundamental en las sociedades contemporáneas. Desean motivar a todas las personas e instituciones de buena voluntad a acoger humana y fraternalmente no sólo al vecino, al amigo, al pariente, sino también al extraño, al lejano, al transmigrante, al inmigrante, al deportado, al desplazado interno, al refugiado, ya sean hombres o mujeres. Hacen un llamado a fortalecer y desarrollar lo mejor de las tradiciones y expresiones culturales de nuestros pueblos, la dimensión de la vida y la religiosidad de todo ser humano que nos mueven a la acogida del otro(a) y a su integración en la sociedad en condiciones de justicia y equidad. Nos invitan a recuperar estas actitudes básicas donde hayan sido sustituidas por el miedo, la desconfianza o el interés exclusivo por «mi seguridad” particular.
La iniciativa, además de ser profundamente evangélica (Mt. 25, 31-45), está orientada a promover actitudes personales y acciones colectivas de hospitalidad como formas tangibles de resistencia a la primacía de un estilo de vida centrado en el bienestar personal, en la conquista del logro particular y en el aislamiento individualista que nos llevan a la desconfianza hacia quienes consideramos «forasteros».
La campaña reprueba el ambiente hostil que cada vez más impera en nuestras relaciones sociales. En particular condena la discriminación, el mal trato, los secuestros, la explotación, los abusos y las violaciones a los derechos humanos que padecen las personas latinoamericanas y caribeñas migrantes, desplazadas, refugiadas y retornadas en sus países de origen, tránsito y destino. A la luz de nuestro contexto social actual, la campaña destaca y denuncia la aberrante sentencia recientemente adoptada por el Tribunal Constitucional de República Dominicana que ordenó la desnacionalización retroactiva de más de cuatro generaciones de ciudadanas y ciudadanos dominicanos por ser hijos(as) de migrantes en situación irregular; la creciente violencia que obliga a tantas personas centroamericanas y mexicanas a dejar su tierra y las atormenta durante todo su recorrido por México y EE UU, que es una de las trayectorias más peligrosas del mundo; la discriminación que padecen la mayoría de las y los emigrantes haitianos en situación irregular incrementada por la falta de protección del Estado haitiano a sus conciudadanos(as); la persistencia de acciones armadas en Colombia entre potencias tradicionales y otras emergentes que buscan el control de los territorios por intereses políticos y económicos, generando uno de los flujos de desplazados internos y refugiados más numerosos en el mundo, con un saldo de más de cuatrocientas mil personas con necesidad de protección en sus países vecinos.
El objetivo de la campaña es contribuir a la construcción de una ciudadanía y de una política pública inclusiva, hospitalaria, solidaria y tolerante sobre todo hacia las personas migrantes, desplazadas internas, refugiadas y deportadas y hacia las diversidades culturales en América Latina y el Caribe. Se prevé que la campaña dure este año, aunque es posible que se extienda durante el próximo. Se desarrollará a través de las siguientes estrategias:
1. Sensibilización y movilización interna: en primer lugar la campaña pretende fomentar “la hospitalidad en casa», es decir entre las obras educativas, pastorales, sociales de la Compañía de Jesús, de FIFyA, de CVX y nuestras propias comunidades religiosas. Todas están llamadas a involucrarse activamente no sólo mediante la promoción de la campaña, sino también mediante la adopción de experiencias concretas de acogida, colaboración y hospitalidad hacia las personas migrantes, refugiadas y desplazadas.
2. Ampliación de los promotores: la campaña no se concibe como una iniciativa exclusiva de las redes que por ahora la promueven, desea promover una gestión más amplia que incorpore, como sujetos de su propia historia, a las mismas personas migrantes y refugiadas y sus organizaciones y también a otras redes e instituciones civiles.
3. Sensibilización y movilización social: gracias a la articulación entre las obras, las redes, los sujetos sociales y sus iniciativas, la campaña espera generar regionalmente un mensaje común, una sensibilización colectiva, una movilización concertada, con múltiples y variados desarrollos nacionales. La campaña se propone ofrecer algunas iniciativas y materiales a todas las obras involucradas en América Latina y el Caribe para que en cada país se adapten a su contexto y se desarrollen, cuanto más mejor, de acuerdo a sus posibilidades. Además se procurará que las obras, instituciones y/o comunidades locales organicen sus propias iniciativas y con ellas aporten, desde su propia realidad y contexto, a la construcción global.
Como inicio de la campaña, las obras y comunidades involucradas han acordado tener el día de hoy o mañana, lunes 20 de enero, una Eucaristía con la intención de invocar la ayuda de Dios para poder escuchar el clamor de las personas empobrecidas y excluidas y asumir una actitud hospitalaria que se refleje en acciones concretas como las del buen samaritano (Lc. 10, 25-37).
Me ha parecido importante informar de todo esto a la opinión pública para invitar a todas las personas e instituciones interesadas a que se vayan sumando a esta campaña y descubran – como lo expresó el Papa Francisco en el Centro Astalli el pasado 10 de septiembre – que la persona migrante, refugiada, desplazada o retornada “trae una riqueza humana y religiosa, una riqueza para acogerla, y no para temerla… que nos ha de ayudar a demostrar que con la acogida y la hermandad se puede abrir una ventana en el futuro; más de una ventana, diría una puerta. ¡Más aún, se puede tener un futuro!”
Jorge Cela sj
Presidente de la CPAL
Fuente: http://www.sjrlac.org/campana_detalle?PTN=PROMO-20121128100737&TN=PROJECT-20140117035704&L=3