ENCUENTRO DE LOS OBISPOS Y DELEGADOS RESPONSABLES DE LOS MIGRANTES DE LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES DE EUROPA MALTA 2-4 de diciembre de 2013 LA PASTORAL DE LOS MIGRANTES Y REFUGIADOS EN EUROPA: UNA PROPUESTA DE COMUNION

CRONICA DEL ENCUENTRO

Mosta, Malta,

El acercamiento al fenómeno migratorio en Europa es víctima de una serie de esquizofrenia. Mientras Europa reconoce cada vez más derechos a los migrantes regulares,   continua a gestionar la movilidad humana como una cuestión meramente económica. ¡El migrante no es una mercancía que se pueda importar o exportar como te plazca!  Un acercamiento al fenómeno migratorio que no tenga en cuenta  todas las dimensiones de la persona humana y de la realidad social y cultural de cada nación, está destinado a generar exclusión, marginalidad y tensiones sociales. Sigue leyendo

Mueren 8 inmigrantes al intentar entrar a nado en Ceuta

Efectivos de la Policía Nacional en el perímetro fronterizo de la playa del Tarajal.

Efectivos de la Policía Nacional en el perímetro fronterizo de la playa del Tarajal.

El Mundo-España

Ocho inmigrantes han fallecido en aguas próximas a la frontera del Tarajal, el único paso habilitado para el tránsito entre Ceuta y Marruecos, segun han informado fuentes de la Delegación del Gobierno. Unos 300 indocumentados han intentado entrar sin éxito en territorio español en torno a las 7.00 horas.

Los subsaharianos se dividieron en dos grupos, de modo que muchos de ellos intentaron entrar a pie y a la carrera por la frontera, mientras que otros se lanzaron al agua a la desesperada para huir de los agentes marroquíes. Sigue leyendo

Más devoluciones irregulares de inmigrantes a través de la valla de Melilla

Varios coches de la Guardia Civil aparcados junto a la valla de Melilla. / FRANCISCO G. GUERRERO (EFE)

Varios coches de la Guardia Civil aparcados junto a la valla de Melilla. / FRANCISCO G. GUERRERO (EFE)

El Pais – Política

Ver video en: http://vimeo.com/85684502

Los subsaharianos son llevados de vuelta a los furgones en los que les había traído la Guardia Civil hasta la puerta número A 13 de la verja de Melilla, un lugar vetado al tráfico civil, donde no hay cámaras de vigilancia y donde los inmigrantes suelen ser expulsados de noche en caliente, es decir incumpliendo aparentemente la ley de extranjería. Las fuerzas de seguridad marroquíes han readmitido a algunos –que trasladan en dos furgonetas- pero después se niegan a recibir a más. ¿Será porque son demasiados o porque están heridos? Sigue leyendo

LOS NIÑOS INVISIBLES

imagen2En casa de Cecilia (la llamaremos Cecilia) sólo se como fuet los días de fiesta, como el que come langosta en Nochebuena. «A mi hija le mata, pero entiende que todos los días no puede haber fuet en casa. De lo que no es necesario no hay y si no hay fuet todos los días es porque no se puede», explica.

Cecilia, que es de un pueblo pequeñito del norte de Nicaragua, cumplió 50 años el sábado pasado. Conoció a su marido en España pero pronto emigraron a su país, donde nacieron sus dos niñas. Cuando las cosas se complicaron en Nicaragua dejaron su granja y su trabajo para buscar un mundo mejor en Valencia. Ella empezó limpiando casas y trabaja ahora como monitora en un comedor escolar, cuidando niños y colaborando con una ONG. Él empezó trabajando como chófer de un taxi sin licencia y ha ido cambiando de empleo hasta que lo cambió por ninguno. Hace años que no trabaja y la familia sobrevive en Valencia con menos de 1.000 euros a repartir entre cuatro personas y un piso que se lleva 350 euros en alquiler.

Sus dos hijas tienen ahora 17 y 14 años y son dos de las 2.826.549 razones que ha esgrimido esta semana la ONG Save the Children para exigir la protección de los derechos de la infancia. Uno de cada tres menores en España está en riesgo de pobreza o exclusión social. Dos viven en casa de Cecilia, aunque mucho se lo tendrá que currar la crisis para atrapar a sus hijas.

La familia aterrizó en Valencia dos meses antes de la Navidad de 2003 y las pequeñas descubrieron aquí que las tiendas de juguetes hacían catálogos de regalos y que los escaparates eran como Disneylandia. «Aquello me marcó como madre», recuerda ahora Cecilia. Y los ojos se le empapan como si fuera ayer. «Las dos cogían los catálogos y marcaban todo lo que querían, les deslumbraban las tiendas. Me senté con ellas y les expliqué que Papa Noel tenía que repartir entre muchos niños, que no podían elegir juguetes tan caros. Luego le escribí yo una carta a los Reyes y les pedí al menos uno para cada una».

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