Las (pequeñas) ventajas de la hospitalidad

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La generosidad en la acogida de refugiados centroafricanos aporta algunos beneficios a la pobre y olvidada región del Este, en Camerún

En el campo de refugiados de Lolo hay pocos motivos de fiesta, así que cualquier excusa es buena para montar una celebración. En un improvisado escenario, los actores —seleccionados entre los habitantes del campo— representan una obra sobre la importancia de registrar a un niño cuando nace. Bajo un toldo en el que apenas corre el aire, el subprefecto y otros oficiales cameruneses siguen la comedia con aire distraído. A ambos lados del escenario, innovando para resguardarse del sol, decenas de refugiados disfrutan de la obra, los bailes, y las actuaciones musicales.

El pequeño festival concluye con un acto exageradamente solemne, en el que las autoridades administrativas entregan a 11 desorientadas madres las partidas de nacimiento de sus hijos, venidos al mundo en este departamento del Este de Camerún. “Cuidad bien los documentos, serán necesarios para vuestros hijos”, insiste Christian Pierre Ateba, el subprefecto, en su discurso al repartir los papeles entre las refugiadas de República Centroafricana. Pero los esfuerzos de Acnur (el organismo de Naciones Unidas para atender a los refugiados) por garantizar que los nacimientos de niños centroafricanos queden registrados no han beneficiado solo a estos últimos.

La generosidad de los cameruneses es lo que ha permitido que tantas personas encuentren seguridad aquí

Camerún (23 millones de habitantes, cabeza de ratón en cuanto a desarrollo entre los países de África occidental) es, pese a sus limitaciones, un país generoso en la acogida. En el norte, por ejemplo, hay más de 90.000 nigerianos escapando del horror de Boko Haram. Y aquí, en la región del Este (la más pobre del país, eminentemente agrícola) llevan cuatro años recibiendo a los centroafricanos que huyen de la violencia en su país: son más de 152.000 personas (y hay casi 200.000 refugiados más en otras zonas del país).

En el camino desde Bertoua (capital de la región del Este) hasta Batouri (a unos 40 kilómetros de la frontera con República Centroafricana), las pistas de tierra rojiza se adentran en la selva, y los poblados o cabañas que salpican el camino son la excepción a un paisaje agrícola y poco explotado. Cuando aparecen, estas aldeas son bastante parecidas: casas de barro o madera, tumbas ante la entrada, bananas o yuca expuestas para su venta y algún vegetal secándose sobre una estera. Y prácticamente todas comparten otra característica: un cartel que anuncia una o varias infraestructuras construidas por Acnur o alguno de sus socios.

Las madres centroafricanas miran los certificados de nacimiento que las autoridades camerunesas han entregado a sus hijos en el campo de Lolo (Camerún).Las madres centroafricanas miran los certificados de nacimiento que las autoridades camerunesas han entregado a sus hijos en el campo de Lolo (Camerún). EVA GARRIDO(EACNUR)
“Hay más de 300 pueblos que acogen refugiados en esta zona”, explica Baseme Kulimushi, responsable de la oficina de Acnur en Batouri. “Y tenemos que intentar apoyar a todos, aunque a algunos lugares es difícil llegar hasta en bicicleta”. Casi dos de cada tres centroafricanos que han escapado a Camerún viven integrados en las comunidades locales. E incluso el resto —los instalados en campos— mantienen una relación estrecha con sus vecinos cameruneses.

Los autóctonos son muy pobres, a veces más pobres que los propios refugiados

“La generosidad de los vecinos y de las autoridades camerunesas es lo que ha permitido que tantas personas encuentren seguridad aquí”, aplaude Kulimushi. A pesar de que Acnur ha levantado cinco campos para acogerlos, el número de refugiados sobrepasa por completo la capacidad (y los fondos) de la agencia. “En los pueblos ya hay centros de salud, escuelas… ciertas instalaciones que la población local permite usar a los que llegan”, añade Kulimushi.

Pero esas infraestructuras (y su dotación) ya eran insuficientes para atender a los cameruneses, y las necesidades de medios, personal y puesta al día, enormes. Al multiplicarse la población con los centroafricanos, muchos se veían desbordados. En Gado, por ejemplo, unos 25.000 refugiados conviven con 7.000 locales. En Ndokayo, por ejemplo, las aulas de ladrillo de la escuela llevaban meses destrozadas y sin techo tras una fuerte tormenta. O en Betare-Oya, el centro de salud tenía un quirófano totalmente obsoleto y letrinas viejas y desfasadas.

Aulas provisionales durante la reconstrucción de una escuela en Ndokayo (Camerún).Aulas provisionales durante la reconstrucción de una escuela en Ndokayo (Camerún). EVAGARRIDO (EACNUR)
Por eso urge reforzar y renovar esas instalaciones: para que los servicios alcancen a todos y así, la presencia de los refugiados beneficie de algún modo a los olvidados habitantes de la región. “Ya teníamos muchas necesidades antes de que llegaran nuestros hermanos centroafricanos”, dice Yavoro, una de las autoridades tradicionales de Ndokayo. Hoy, la escuela del pueblo está en reconstrucción y ha contratado más personal, y en Betare-Oya, el dispensario ha recibido instrumental para el quirófano, ha ampliado las letrinas y ha levantado un nuevo incinerador para los restos orgánicos.

Aulas, letrinas, vertederos, mercados y pozos, muchos pozos. En las aldeas los refugiados se confunden con los locales, ya que en la mayoría de los casos comparten lengua y etnia. Esas actuaciones que llegaron con ellos (y los letreros que las anuncian) son el principal testimonio de su presencia. Uno que los presenta ante sus anfitriones como una oportunidad, y no solo como una carga.

Actuaciones durante la entrega de certificados de nacimiento en el campo de refugiados de Lolo (Camerún).Actuaciones durante la entrega de certificados de nacimiento en el campo de refugiados de Lolo (Camerún). EVA GARRIDO (EACNUR)
Ese bendito (aunque insuficiente) efecto secundario de la hospitalidad del Este camerunés va más allá: la población local se beneficia también de los programas y proyectos destinados a los centroafricanos. Como los talleres de formación profesional, el apoyo a la agricultura o el registro de nacimientos. “Creemos que lo contrario sería injusto. Los autóctonos son muy pobres, a veces más pobres que los propios refugiados”, señala Baseme Kulimushi. “Así que cada iniciativa se proyecta para llegar aproximadamente a un 70% de refugiados y un 30% de cameruneses, pero los fondos son muy, muy limitados”.

En el campo de Lolo (entre 12.000 y 14.000 habitantes), un refugiado traduce a la lengua local, megáfono en mano, las palabras en francés del subprefecto Ateba. “Recordad que es importante declarar el nacimiento a tiempo”, insiste el político. En Lolo se entregaron el año pasado 193 partidas de nacimiento a niños que no las tenían. El esfuerzo de concienciación sobre la necesidad de inscribir a los recién nacidos —en principio dirigido a los refugiados— ha hecho que muchos cameruneses entiendan también la necesidad de dotar de papeles a sus hijos. Y estos se han aprovechado también de las facilidades en los centros de salud, o de la contratación de nuevos funcionarios en el Registro Civil. “Tener una documentación es un derecho de todos los niños, independientemente de su país de origen”, sentencia Ateba.

CONTRA LA APATRIDIA
Las (pequeñas) ventajas de la hospitalidad
EVA GARRIDO (EACNUR)
“Como no inscribí a mi hijo a tiempo, ahora no puede ir a la escuela”, dice uno de los actores en el escenario del campo de refugiados de Lolo. El público ríe ante el exagerado gesto de fastidio del ‘niño’, en realidad un adolescente más cerca de los 20 que de los 10. Pero, como explican unas mujeres embarazadas en el centro de salud del recinto, todas han comprendido la importancia de que su hijo reciba papeles al nacer. “Es la forma de que mi hijo exista y pueda tener un futuro”, dice una de ellas mientas espera a la consulta prenatal.

El pasado noviembre, el Gobierno camerunés y Acnur desarrollaron una campaña por todo el país para concienciar sobre los riesgos de la apatridia y la falta de registro. Entre estos esfuerzos está el refuerzo de las oficinas de registro y la insistencia en los centros de salud sobre la relevancia de las partidas de nacimiento.

“Si un niño centroafricano que nace en Camerún no obtiene ese certificado, al volver a su país puede ser considerado apátrida”, explica Alphonse Ngahimde, un responsable de protección de Acnur en el país. De momento, no se baraja la posibilidad de que los bebés refugiados nacidos en suelo camerunés puedan obtener la nacionalidad.

El PaísCARLOS LAORDEN25-01-2018

El Papa denuncia la «inaceptable» persecución que sufren los yazidíes

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El Papa Francisco denunció este miércoles la «inaceptable» persecución que sufren los yazidíes en Siria e Irak, víctimas de «indecibles violaciones» ante las que, en su opinión, la comunidad internacional no puede permanecer inerte.

El pontífice recordó a las «víctimas inocentes de la insensata e inhumana barbarie«, durante la audiencia que mantuvo en el Vaticano con representantes de la comunidad en Alemania de esta minoría religiosa, cuyos orígenes se remontan a 2.000 años antes de Cristo,

«Es inaceptable que seres humanos sean perseguidos y asesinados por motivo de su pertenencia religiosa. Toda persona tiene derecho a profesar libremente y sin constricciones su propio credo religioso», aseguró.

Subrayó que la historia de esta minoría «ha sido desgraciadamente marcada por indecibles violaciones de los derechos humanos» como «robos, esclavitud, tortura, conversiones forzadas y asesinatos» y con la destrucción de sus templos.

«Ante la tragedia que están perpetrando a vuestra comunidad, se comprende, como dice el Evangelio, que el corazón del hombre puede desencadenar las fuerzas más oscuras, capaces de llegar a planificar la eliminación del hermano, a considerarlo enemigo, adversario o incluso un individuo privado de la dignidad humana», lamentó.

Y agregó: «Una vez más alzo mi voz en favor de los derechos de los yazidíes, sobre todo por su derecho a existir como comunidad religiosa. Nadie puede atribuirse el poder de eliminar un grupo religioso porque no es parte de los ‘permitidos'».

Francisco tuvo palabras para los yazidíes raptados por los terroristas y expresó su deseo de que se haga «todo lo posible» para salvarles, así como para localizar a los desaparecidos y dar «digna sepultura» a todos los que hayan sido asesinados.

En su opinión, «la comunidad internacional no puede ser una mera espectadora muda e inerte» ante este «drama», por lo que animó a las instituciones y personas de «buena voluntad» a ayudar en la reconstrucción de los hogares y templos de los yazidíes.

El Papa lamentó que en muchas partes del mundo aún hay minorías religiosas y étnicas, también cristianos, perseguidos por su fe, por lo que aseguró que la Santa Sede «no se cansa de intervenir para denunciar estas situaciones», pidiendo «reconocimiento, protección y respeto para las víctimas».

Y también exhortando «al diálogo y a la reconciliación para sanar todas las heridas».

La minoría religiosa yazidí, de etnia kurda, heredera del zoroastrismo persa y adoradora del fuego, lleva siglos sufriendo la opresión de otras religiones y en los últimos tiempos ha sido víctima de las atrocidades del grupo Estado Islámico (EI).

En el verano de 2014, los terroristas del EI alcanzaron su fase de máxima expansión territorial en la zona septentrional iraquí, sobre todo en la región del Sinyar, y cientos de miles de yazidíes fueron obligados a abandonar sus hogares o a convertirse al Islam.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados estima que al menos 5.500 yazidíes han sido asesinados y miles de personas han sido y permanecen secuestradas, muchas de ellas mujeres, convertidas en esclavas sexuales.

Redacción, 24 de enero de 2018

650 menores excluidos

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La Administración española exluye sistemáticamente a los menores extranjeros no acompañados

‘650 MN’ es el nombre de la carpeta del último expediente abierto en la Fundación Raíces, detrás de este número hay una persona, Mohamed. Un niño que un día dejó su hogar solo, emprendiendo un viaje duro y lleno de riesgos, y que al llegar a España ha visto como sus derechos son pisoteados.

Sin embargo, detrás de Mohamed hay muchos otros, como Maimouna, Abderraman, Mamadou, y en muchas partes de nuestro país como Melilla o Barcelona. Desde 2006 la Fundación Raíces ha defendido a 650 chicos y chicas cuyos derechos han sido vulnerados por la Administración. Sí, por quien debe protegerles.

Hace años a los niños y niñas se les expulsaba a las calles de Marruecos. Muchos recordamos con emoción la noticia del abogado Nacho de la Mata que había conseguido parar in extremis la repatriación sin garantías de un menor marroquí. Después vinieron otras muchas, hasta que el Gobierno decidió pararlas y se reformó la Ley de Extranjería para garantizar la asistencia letrada a estos chicos y chicas en el procedimiento de repatriaciones.

Actualmente se les expulsa también, pero a las calles de nuestras ciudades, despojados de todo derecho. La Fiscalía somete sistemáticamente a todos los menores extranjeros no acompañados a pruebas de edad, cuyos resultados están muy cuestionados por su inexactitud por la comunidad científica, sin dar validez a la documentación de sus países de origen, contraviniendo la jurisprudencia del Tribunal Supremo; y en contra del criterio del Defensor del Pueblo y de otras instituciones, como el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

La indefensión es absoluta durante todo el procedimiento ya que además de que los menores de edad no tengan asistencia letrada, la Fiscalía les convierte en mayores con un Decreto que según ellos es irrecurrible.

Las consecuencias de esta política son devastadoras para estos niños y niñas, que entran en un limbo. España les considera mayores de edad únicamente para negarles la tutela del Estado, pero, al no ser invalidados los documentos, para el resto de administraciones son menores de edad. Esto les impide acceder a cualquier derecho, como adultos y como niños. No pueden estudiar o titularse, someterse a tratamientos médicos o solicitar asilo, ya que se les va a exigir la autorización de un tutor que no tienen; pero tampoco pueden acceder a los recursos para adultos porque su documentación dice que son menores, por lo que se les obliga a vivir en la más absoluta exclusión.

Ayer, tuvo lugar la sesión en la que España fue examinada en Naciones Unidas por el cumplimiento de los derechos de los niños en nuestro país. El tratamiento que da a estos niños es uno de los grandes motivos de preocupación del Comité de los Derechos del Niño, como puede verse en las últimas Observaciones realizadas a España, pero también en el hecho de que España se niegue a cumplir las medidas provisionales que el propio Comité le ha instado a tomar en las comunicaciones individuales que está examinando. Es revelador que el 80 % de las comunicaciones enviadas al Comité sean contra España.

Hoy, 23 de enero, es un día clave porque el Tribunal Supremo se reúne para la votación y fallo del recurso presentado por la Fundación Raíces al Protocolo que avala este proceder de la Fiscalía y del resto de administraciones. Protocolo, que fue firmado desoyendo las primeras sentencias (ya hay nueve) que dejaban clara la postura del Alto Tribunal en esta materia y que tanta injusticia y sufrimiento genera.

Confiamos en que los Derechos Humanos no sean de nuevo pisoteados por las políticas migratorias, máxime cuando estamos hablando de niños y niñas migrantes que están solos en nuestro país.

 

Cáritas Europa urge a los Gobiernos europeos a comprometerse con los derechos sociales

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Cáritas. 24 de enero de 2018.- Cáritas Europa urge a los Gobiernos de la Unión Europea a comprometerse de una vez por todas con la defensa de los derechos sociales. En una Declaración difundida hoy en Bruselas sobre la Conferencia de OING de la Recomendación del Consejo de Europa sobre los derechos sociales, Cáritas lanza un llamamiento a los líderes europeos a adherirse a la Carta Social Europea Revisada y a reconocerla como la constitución social de Europa.

Este es el texto de la Declaración de Cáritas Europa:

Es hora de que los Gobiernos europeos
se comprometan con los derechos sociales

Bruselas, 24 de enero de 2018. Caritas Europa apoya la recomendación que la Conferencia de Organizaciones Internacionales No Gubernamentales del Consejo de Europa adoptada hoy, 24 de enero de 2018, haciendo un llamamiento a todos los Estados europeos para que se comprometan con los derechos sociales al adherirse a la Carta Social Europea Revisada y reconociéndola como la constitución social de Europa.

«Los gobiernos europeos deben aprovechar la oportunidad que brinda la proclamación del Pilar Europeo de los Derechos Sociales y comenzar a detallar una hoja de ruta para promover la garantía efectiva de los derechos sociales para todos», señala Peter Verhaeghe, experto en políticas sociales y representante de Caritas Europa en el Conferencia INGO.

El 17 de noviembre de 2017 Caritas Europa vio, en la proclamación de la Unión Europea del Pilar de los Derechos Sociales, una fuerte señal de compromiso político para garantizar los derechos sociales en un momento en que Europa se está recuperando lentamente de una gran crisis económica que causa graves problemas sociales en toda la Unión.

«Ya es hora de que los Gobiernos nacionales y la UE den prioridad a las personas. Necesitamos abordar las desigualdades entre y dentro de los países. Poner a la gente primero también significa ir más allá del empleo. Las personas no son sólo trabajadores sino seres humanos «, afirma Jorge Nuño Mayer, secretario general de Caritas Europa.

Caritas Europa comparte la opinión de la Conferencia de que todos los socios del Proceso de Turín (Estados miembros de la UE) deben seguir la proclamación con el compromiso inequívoco de aplicar efectivamente todos los derechos sociales que ya se han adoptado en el marco de la Carta Social Europea del Consejo de Europa.

Para garantizar que el proceso de implementación esté firmemente arraigado en la sociedad, Caritas Europa se une a la invitación de la Conferencia a la Unión Europea y sus Estados miembros para supervisar la aplicación de los principios consagrados en el pilar europeo de derechos sociales en estrecha consulta con representantes de la sociedad civil.

Propuesta al Gobierno español

La ratificación de la Carta Social Europea revisada y su Protocolo adicional de reclamaciones colectivas es una de las prioridades propuestas por Cáritas Española en su documento de Propuestas Políticas ante las elecciones generales presentado a todas las fuerzas parlamentarias con motivo de los últimos comicios legislativos.

Se trata de una demanda que Cáritas comparte en nuestro país, dentro de una estrategia en red, con el Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo, la Plataforma del Tercer Sector y la Red Europea de Lucha contra la Pobreza (EAPN España), quienes han urgido recientemente al Gobierno de España para que proceda a dicha ratificación. Para estas cuatro organizaciones, es preocupante el hecho de que nuestro país siga sin ratificar la citada Carta.

Cáritas entiende que la ratificación plena de la Carta aportaría a nuestro país una oportunidad indiscutible, tanto a nivel interno como en el conjunto de Europa, de ser promotor de la justicia social en un contexto convulso. Así lo han entendido, además, todos los grupos parlamentarios en el Congreso de los Diputados, que el pasado 23 de noviembre aprobaron por unanimidad una moción relativa a la ratificación de la Carta Social Europea revisada, así como del Protocolo de Reclamaciones colectivas de 1995.