Refugiados con derechos

¿Cuántas personas más tienen que morir para que la Unión Europea y sus estados aborden el problema de manera humana y eficaz?

Los gobiernos tienen la obligación de cumplir las leyes. Las personas que huyen de la guerra tienen derecho a buscar la protección internacional. No es solidaridad sino obligación legal. La ciudadanía tenemos una doble responsabilidad. Por una parte exigir a los gobernantes que cumplan con sus obligaciones. Ejercer la ciudadanía. Por otra parte, mantener una solidaridad sostenida. No solo la que se despierta a golpe de impacto mediático, sino la que se requiere cuando muchísima gente de buena voluntad quiere colaborar y ofrecer generosamente sus recursos. El reto es enorme pero no debe de sustituir a la responsabilidad pública sino completarla y transcenderla. Y conviene hacer una reflexión sobre las causas que empujan a tanta gente a arriesgarlo todo por salir de un entorno donde no se puede sacar adelante proyectos vitales.

Fácilmente encontraremos muchos ámbitos de políticas internacionales, económicas, comerciales… que hay que cambiar para dar la vuelta a la rampante desigualdad global.

JAVIER IGNACIO VIDEGAIN – Sábado, 18 de Noviembre de 2017 – Actualizado a las 06:10h

Casi 500 inmigrantes llegan a Murcia en una nueva oleada

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MURCIA– Una nueva patera interceptada con once personas a bordo eleva a 494 el número de inmigrantes que han llegado a las costas de Murcia en las últimas horas, según informaba en la tarde de ayer el delegado del Gobierno, Francisco Bernabé, en su cuenta personal de Twitter.

Con estas llegadas, el número de rescatados en las costas españolas por la Armada, Guardia Civil y Salvamento Marítimo supera los 15.000 en lo que va de año. La anterior oleada con un número significativo de inmigrantes se produjo entre los pasados días 3 y 5 de noviembre en aguas andaluzas cuando fueron rescatados más de 600 inmigrantes.

Esta cifra sobrepasa el total de entradas tanto por mar como por tierra que se registraron en todo 2016, cuando consiguieron llegar a España 13.246 personas, según los últimos datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM).

“ATAQUE COORDINADO” “Estamos dando una respuesta extraordinaria a una situación sin precedentes que supone un ataque coordinado e inaceptable a nuestras fronteras y por tanto a las fronteras de la Unión Europea”, explica Bernabé en la red social y añade que siguen “al pie del cañón defendiendo nuestras fronteras, con absoluto respeto a los derechos humanos y también a la legislación europea de extranjería”.

De igual modo, advierte de que se estaba proporcionando asistencia legal y humanitaria a los inmigrantes, pero que se tramitarán las órdenes de expulsión.

Por su parte y en respuesta a estas declaraciones, el secretario general del PSRM-PSOE, Diego Conesa, rechazó ayer que la avalancha de pateras llegadas a las costas de Murcia sea un ataque, y defendió que se trata “de un drama humano y como tal lo tenemos que tratar”.

Además, agradeció la labor de coordinación entre administraciones y ONG y resaltó especialmente la labor del Ayuntamiento de Cartagena, encabezado por la socialista Ana Belén Castejón, que el pasado día 4 criticó al anterior delegado del Gobierno, Sánchez-Solís al que culpó de haber abandonado a 60 inmigrantes que llegaron a Cartagena trasladados por Salvamento Marítimo tras su rescate en alta mar. – E.P.

¿TENEMOS DERECHOS? ¡¡¡TENEMOS DERECHOS!!! Hoy, 20 de noviembre, Día Internacional de los Derechos de la Infancia, reivindiquemos la vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Difundamos este mensaje y el GIF adjunto en todas las redes y perfiles sociales y defendamos el cumplimiento efectivo de los derechos de la infancia los 365 días del año.

CiberAccion

Hoy, 20 de noviembre, Día Internacional de los Derechos de la Infancia, reivindiquemos la vulneración de los derechos de los niños, niñas y adolescentes.

 Difundamos este mensaje y … defendamos el cumplimiento efectivo de los derechos de la infancia los 365 días del año.

Hombres por 400 euros: los «mercados de esclavos» regresan a Libia

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Se estima que más de 300.000 inmigrantes permanecen atrapados en Libia

ABCAlicia Alamillos 17-11-2017

Por unos 400 euros, hombres y mujeres son vendidos en nuevos mercados de esclavos en Libia, un negocio que florece en el país, tomado por las milicias y señores de la guerra que controlan o se benefician de los grandes flujos migratorios de África subsahariana que cruzan el país norteamericano con la esperanza de alcanzar Europa. Mientras se amontonan los testimonios de supervivientes a este indigno negocio recogidos por periodistas, oenegés y organizaciones internacionales, nuevas imágenes publicadas en sendos vídeos del South China Morning Post (SCMP.TV) y CNN dan cuenta de las subastas en las que inmigrantes de Nigeria, Gambia o Ghana son vendidos al mejor postor.

«Hombre fuerte para trabajar en el campo», anuncia el subastador mientras apoya la mano en el hombro de un hombre subsahariano, vestido de blanco, en el primer vídeo, grabado en agosto en una localización sin precisar en el oeste de Libia. Otros tantos esperan su turno mientras el tratante grita números frente a un público fuera de plano. Son las primeras imágenes que ponen testimonio gráfico a una realidad denunciada por supervivientes que finalmente logran alcanzar a Europa u otros que regresan a sus países de origen: «Tenemos decenas de testimonios que nos cuentan las espantosas condiciones que han vivido en Libia. Nos cuentan cómo son retenidos y hacinados en centros controlados por milicias, cómo les obligan a llamar a sus familias para pedir un rescate para “pagar” el viaje. A uno le quemaron el brazo mientras estaba al teléfono con su familia para que lo oyeran gritar», relata a ABC el director de la ONG Proactiva Open Arms Óscar Camps. Si no logran pagar el rescate, pueden acabar siendo vendidos entre mafias, según informes de UNICEF, o finalmente entregados como esclavos a compradores particulares. Los hombres de aspecto fuerte, aptos para la construcción o el trabajo duro, o las mujeres como esclavas sexualesson los más solicitados y se venden por desde 200 a algo más de 500 dólares.

El pasado abril, la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) denunció y documentó la existencia de intercambios de «cientos» de inmigrantes como en «mercados de esclavos» en el país norteafricano. «Todos (los testimonios) confirmaron los riesgos de ser vendidos como esclavos en plazas o garajes de Sebha, ya sea por sus conductores o por los lugareños que reclutan a los inmigrantes para trabajos diarios en la ciudad, a menudo en la construcción, y luego, en vez de pagarlos, venden sus víctimas a nuevos compradores», señaló un oficial de la OIM en Níger.

Aunque la OIM no cuenta con cifras exactas de subsaharianos vendidos, «vender seres humanos se ha convertido en una tendencia entre traficantes conforme las redes de tráfico de personas se hacen fuertes en Libia», señaló en rueda de prensa el representante de la OIM en Libia, Othman Belbesi. «Esto lleva algún tiempo ocurriendo, pero ha aumentado y se ha convertido en significativo a partir del año pasado». Según otro portavoz de la OIM Joel Millan, migrantes retornados a sus países de origen han relatado cómo en diversos enclaves del desierto libio se mercadea con personas a plena luz del día en la calle. Sebha, a 770 kilómetros al sur de Trípoli, es hoy día centro neurálgico del intercambio de inmigrantes entre mafias de tráfico. Según la CNN, se han documentado otras subastas en al menos ocho ciudades más: Zuara, Sabratha, Castelverde, Gharyan, Alrujban, Zintan, Kabaw y Ghadames en el sur y oeste de Libia.

En el vídeo obtenido por la CNN, filmado en un pueblo cercano a Trípoli, la reportera documenta la venta de 12 hombres nigerianos, «en estado de shock». «Este es un hombre grande y fuerte, ¿alguien necesita?», ofrece el vendedor, mientras los precios van subiendo 50 a 50 dinares.

Se estima que más de 300.000 inmigrantes están permanecen atrapados en Libia. Los últimos acuerdos de la Unión Europea y países como Francia e Italia por los que se financia y entrena a antiguas milicias como guardacostas para “mantener cerrada” la frontera sur europea bloquean a cientos de inmigrantes en un “infierno en la tierra”, donde los subsaharianos sufren torturas, violaciones y maltratos. En una cooperación “inhumana”, según ha denunciado esta semana el Alto Comisionado para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR), la UE ofrece su apoyo a la Guardia Costera Libia para interceptar barcos de inmigrantes incluso en aguas internacionales, “pese a las preocupaciones expresadas por grupos de derechos humanos acerca de que esta medida condena a más refugiados a detenciones arbitrarias e indefinidas y les expondría a torturas, violación, trabajos forzosos, explotación y extorsión”.

Aunque únicas en el horror, la historia de muchos inmigrantes y refugiados en Libia es similar: procedentes en su mayoría de países como Nigeria, Guinea o Costa de Marfil, pagan un primer monto para cruzar el Sáhara hacia Níger y el sur de Libia, una frontera muy porosa donde el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) auspiciado por las Naciones Unidas carece de poder efectivo y son las tribus locales y las mafias de tráfico quienes controlan el área. Muchos pasan por Sebha, donde, según relata Mustafa (nombre falso), él y otros miembros de su grupo procedente de Senegal fueron retenidos por hombres armados que les demandaban el pago del trayecto hacia las ciudades costeras del norte de Libia como Zuara, Sabratha o Zauiya, desde donde salen cada día un puñado de chalupas con destino a Europa. A Mustafa se le pidió pagar otros 480 dólares: ante su incapacidad de reunir el dinero, fue entonces “comprado” por otro libio, que le solicitó entonces 970 dólares para ser liberado. Gracias a dinero enviado por su familia logró escapar de Libia y regresar a Níger, desde donde relata su historia.

En casas reconvertidas prisiones, cientos de inmigrantes se hacinan en condiciones inhumanas, sin apenas comida o bebida y sujetos a malos tratos, según sucesivos informes de Unicef y Oxfam publicados en este diario. Según Mustafa, cuando alguien moría o era liberado, los secuestradores «volvían al mercado para comprar nuevos migrantes para reemplazarlos».

«El sufrimiento de los inmigrantes detenidos en Libia es una atrocidad para la conciencia humana», ha afirmado esta semana el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, quien concluye: «Lo que ya era una situación nefasta ahora se ha vuelto catastrófica”.