Riad, Jaled y Ahmed, que perdieron a su madre en el parto, se han convertido en un símbolo de las duras condiciones de los campos de refugiados sirios durante el invierno.
El crudo invierno en Líbano está haciendo insoportable la ya dura vida de los refugiados sirios, que viven en improvisadas tiendas de campaña, su único medio para resguardarse.
Sobrevivir al viento, la lluvia, el frío o la nieve se convierte, de esta forma, en un reto del día a día, que da lugar a todo tipo de situaciones dramáticas.
Riad, Jaled y Ahmed se han convertido en un símbolo de las dificultades de la vida en la región.
Los padres de estos tres trillizos llevan viviendo tres años como refugiados en Siria en Dalhamieh, al igual que otros cientos de familias que se han establecido en comunicades informales de tiendas de campaña.
El día en que los tres hermanos nacieron en el valle de la Bekaa, en Líbano, su madre fue llevada a toda prisa al hospital, aunque desgraciadamente no sobrevivió al parto. Y es que a las dificultades per se de los refugiados en esta región y al duro invierno se suman los problemas para el acceso a los servicios sanitarios, donde están en gran medida privatizados. Algo que supone uno de los mayores retos para familias y agencias humanitarias que intentan ayudarles.
La buena salud de Riad, Jaled y Ahmed hizo que fuesen dados de alta del hospital, de forma que la familia regresó de nuevo a su asentamiento de tiendas en el valle del Bekaa en el momento en el que la tormenta invernal Zina golpeaba más duramente.
La oenegé Unicef, junto con su socio Beyond Association, desplegaron sus servicios para garantizar las condiciones de los trillizos, que ahora viven con un familiar y cuentan con la visita diaria de un médico, calefactor y el suministro regular de combustible para garantizar que la tienda en la que viven esté caliente y seca.
Los tres bebés están un poco por debajo de su peso y, aunque están razonablemente bien, Jaleb es el que peor se encuentra de los tres.
Aunque lo peor de Zina ya pasó, en realidad las temperaturas seguirán con temperaturas extremadamente bajas en las próximas noches.
Las ONGs están trabajando en la zona en la distribución de ropa de abrigo para los menores, mantas, lonas, galletas de contenido energético, bonos y efectivo para más de 900.000 niños que sufren la dureza del invierno en Siria, Irak, Líbano, Jordania y Turquía.
Y es que de acuerdo con la agencia de la ONU, el conflicto de Siria, que se aproxima ya a su cuarto aniversario, ha provocado al menos 7 millones de niños refugiados y desplazados internos que necesitan apoyo de forma urgente. Muchos continúan viviendo en edificios a medio construir o refugios inadecuados que los exponen a temperaturas bajo cero, grandes nevadas y fuertes vientos.
«A pesar de las limitaciones de acceso y las condiciones climatológicas extremas, hemos conseguido acelerar nuestra respuesta frente al invierno con el fin de llegar al mayor número de niños posible», explica la directora regional de UNICEF para Oriente Próximo y el Norte de África, Maria Calivis.
«La contribución de nuestros aliados -ONG locales y gobiernos- ha sido esencial para hacerlo posible, incluso en estas difíciles condiciones», resalta. «Aunque importantes, estos logros no son nada comparados con el número de niños y familias cuyas vidas están siendo devastadas con todo lo que este terrible conflicto conlleva», lamenta Calivis.
De esta forma, Unicef hace Los trillizos sirios que nacieron con la tormenta en Líbano un llamamiento a sus donantes y colaboradores en todo el mundo para que donen generosamente y poder asegurar la continuidad de este trabajo.