Más de 22.000 personas, casi todos componentes de la comunidad musulmana, se han visto obligados a dejar sus hogares tras el rebrote el pasado domingo de los enfrentamientos entre musulmanes y budistas en la región del oeste de Birmania, informó hoy Naciones Unidas.
Según los datos aportados por el director de la ayuda humanitaria para Birmania de Naciones Unidas, Ashok Nigam, unas 22.587 personas se han visto desplazadas por la ola de violencia que azota el Estado Rakhine, también conocido como Arakan, de los cuales al menos 21.700 forman parte de la comunidad musulmana rohingya.
Miles de personas han abandonado sus casas en barca con dirección a la vecina Bangladesh y mientras otras han optado por dirigirse a los campos de refugiados instalados cerca de la capital de la provincia, Sittwe.Desde que hace una semana la violencia entre ambas comunidades se encendiera de nuevo al menos 67 personas han perdido la vida y más de 4.600 casas han sido destruidas.No obstante, el difícil acceso a la zona para los medios independientes y el férreo control de la información por parte de las autoridades hace que la cifra de víctimas mortales sea cambiante.
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