La policía de Múnich desalojó el campamento en el que decenas de refugiados de África, Asia y el Medio Oriente hacían una huelga de hambre para protestar por la lentitud con que se procesan sus solicitudes de asilo.La policía de Múnich puso fin a la huelga de hambre que alrededor de cincuenta refugiados comenzaron la semana pasada para protestar por la lentitud con que se procesan sus solicitudes de asilo. 350 agentes policiales desalojaron el campamento que éstos ocupaban a primera hora del domingo (30.6.2013) y llevaron a 44 de los refugiados a doce centros hospitalarios diferentes. Voceros de la ciudad de Múnich sostuvieron que el objetivo de la intervención era “poner coto a los peligros concretos que corrían las vidas de los manifestantes”.
Y es que, aparte de no consumir alimentos, los refugiados –provenientes de Siria, Afganistán y otros países de África, Asia y el Medio Oriente– dejaron de ingerir líquidos el pasado martes (25.6.2013). La protesta había generado tensión social en el corazón de la capital bávara, en donde se discutió acaloradamente sobre la política de asilo alemana. Algunos pasantes decían comprender la situación desesperada de los refugiados, pero criticaban el hecho de que amenazaran sus propias vidas para presionar a las autoridades migratorias.
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