El Programa Mundial de Alimentos de la ONU comenzó a distribuir de manera urgente comida para más de 10 mil desplazados en la costa mediterránea de Siria tras los últimos combates, informó ayer viernes en un comunicado el organismo.
El reparto de raciones de comida listas para consumir, galletas energéticas y alimentos básicos continuará en los próximos días para ayudar a las nuevas familias que se han visto obligadas a abandonar Banias y otras localidades cercanas, y han buscado refugio en la ciudad costera de Tartus.
“Estamos muy preocupados por la escalada de la violencia. Tenemos grandes dificultades para movernos por el país y hacemos todo lo que podemos para repartir comida a los civiles afectados por los enfrentamientos”, apuntó el jefe de Operaciones del Programa, Matthew Hollingworth.
El responsable de la ONU pidió a las partes en conflicto que faciliten el tránsito libre para la asistencia humanitaria, lo que permitiría llegar a zonas hasta ahora sin acceso.
A principios de este mes, opositores sirios denunciaron la ejecución de al menos 60 personas en uno de los barrios suníes de Banias, de donde huyeron civiles ante el temor a otras operaciones de represalia del régimen.
El organismo calcula en 19.5 millones de dólares los fondos necesarios para alimentar a 2.5 millones de personas que viven en Siria y más de un millón de refugiados en Jordania, el Líbano, Turquía, Irak y Egipto.
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