«de momento, lo único que podemos hacer con los evangelistas es aprender»

Rosalina Cicente • Directora de la Pastoral Gitana de la Iglesia Católica

Rosalina vicente • Directora de la Pastoral Gitana de la Iglesia Católica

Diario de Burgos – Angélica González  Burgos – martes, 28 de enero de 2014

Su nombramiento, en diciembre, se explicó desde la Diócesis como el seguimiento de la línea marcada por el papa Francisco de dar más protagonismo a las mujeres. Y así, Rosalina Vicente (Miranda de Ebro, 1982) ha comenzado a ocuparse de un colectivo olvidado durante muchos años por la Iglesia, al que tiene muchas ganas de poner en primera línea.

Repite hasta la saciedad que lo que busca la Pastoral Gitana, recientemente recuperada por la Diócesis de Burgos, es la cercanía a la comunidad gitana y su protagonismo. Para ello Rosalina Vicente y sus colaboradores (entre ellos el consiliario Fermín González) ya han empezado a tener reuniones con todos aquellos que les puedan aportar más conocimiento de este colectivo y con los miembros de la Iglesia. Dice que, de momento, están viendo bastante apoyo y que les han abierto todas las puertas. Esta mujer, procedente de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) y madre de  una niña y un niño, ha comenzado por conocer la realidad de su pueblo: En Burgos capital el 3% de la población es gitana; de ella, el 80% sigue la fe evangelista y del 20% restante, que son católicos, solo el 5% es practicante.
¿Cómo surge la idea de crear una dirección específica de Pastoral Gitana?
En Burgos lleva activa unos 40 años aunque sí es cierto que ha tenido momentos en los que no ha habido ‘movimiento’. Desde el principio hubo un grupo de personas de la Iglesia, religiosos y laicos, que se ocupaba de la comunidad gitana…
¿Y qué es lo que ha cambiado ahora para que se oficialice?
Cuando yo vine a Burgos, hace más de 9 años, estaba ya conectada a esta Pastoral porque había creado un grupo en Huesca, donde vivía antes. Enseguida me inserté en el de aquí y una de nuestras primeras iniciativas fue acudir al encuentro nacional que se celebra en Madrid todos los años y después trabajar con las familias. En diciembre, con el nombramiento, se ha oficializado algo que era extraoficial y que nos está permitiendo trabajar con mucha más gente y en coordinación con parroquias y asociaciones para que nos tengan más presentes.
¿La decisión de recuperar este departamento puede tener que ver con el auge de otras iglesias en el colectivo y con que la católica haya podido perder el pie?
No porque el pie está perdido hace muchísimos años, el movimiento evangelista lleva más de 20 años de presencia activa. En esta decisión se ha tenido en cuenta a las personas católicas que reivindican como gitanas tener su sitio y que no están conformes con lo que hay porque creen que la Iglesia Católica se está apartando de la cultura gitana.
¿Qué objetivos se plantean con estas personas?
Dirigirnos al cien por cien de la población gitana, sea cual sea el  movimiento cristiano al que pertenezca. Como dice el Papa, nos  acercaremos a todas las culturas y a las periferias. Es importante que se dé un lugar específico en la Iglesia a nuestra cultura como la hay para los inmigrantes, por ejemplo.
¿Cómo será el acercamiento a  alguien que esté instalado en otro credo distinto?
Nosotros no los vemos como competencia sino como enriquecimiento cultural y valoramos mucho cómo han hecho comunidad,  han hecho protagonista a la población gitana y teniendo una fe cristiana les han dado su sitio. Nosotros humildemente nos acercaremos a ellos.
¿Han tenido ya algún contacto con sus representantes?
Estamos pendientes de tener las reuniones pertinentes.
¿Les ven a ustedes como una amenaza?
De momento, no nos lo han confirmado (risas). Todo desconocimiento da un poco de miedo pero es que nuestro objetivo no es atraer a la población para que sea de la Iglesia Católica; nosotros pertenecemos a la fe cristiana que tiene diversidad de movimientos y como Pastoral queremos hacer visibles a la población gitana sea como sea y del movimiento que sea.
Pero entiendo que les agradaría que las iglesias católicas se llenaran con más personas gitanas…
Lo que nos gustaría es que los gitanos indecisos -pero que tienen una fe viva, porque los gitanos somos puro amor y desde pequeñitos tenemos esta idea de Dios interiorizada- estén presente en la Iglesia Católica. Y lo único que ahora podemos hacer  con los evangelistas es aprender. Nada más.
¿Qué cree que tienen los evangelistas para atraer a tanta gente a su credo?
Sus pastores son gitanos y viven su realidad desde el conocimiento mismo de su pueblo. Todo lo que hacen se basa en el amor y el protagonismo de los gitanos.
¿Y esto es lo que le falta a la Iglesia Católica?
Le falta dejarnos ser protagonistas a los gitanos.
¿Van a copiar su modelo?
De momento, vamos a conocerlo, porque no lo hemos vivido en nuestras iglesias. No queremos copiar. Tenemos otra prioridad, que es que la Iglesia reconozca a los gitanos.
Para eso tendrán que trabajar también desde dentro…
Eso es lo primero que hemos hecho, buscar referentes para los gitanos en todas las parroquias.
¿Qué recepción han tenido?
Es que los que se nos han acercado es gente que ya ha trabajado con el colectivo gitano y tiene la mentalidad abierta y sabe, por ejemplo, que cuando se celebran los sacramentos con los gitanos tienen que variar algunas cosas. También nos hemos puesto en contacto con los capellanes del hospital porque creemos que es importante trabajar con ellos.
¿Por qué?
Hay varios handicaps con la población gitana y su relación con los hospitales y queremos estar ahí para ayudar. Sabemos que para un gitano tener un familiar enfermo es lo peor que le puede pasar porque lo vivimos de otra manera y por eso queremos que sepan que estamos ahí para lo que haga falta.
¿Qué pretenden hacer con los problemas del colectivo?
De momento, conocer bien la situación y saber qué aspectos provocan más el rechazo del resto de la población para poder trabajar en cambiar la situación.
¿Cuál es el problema que más les preocupa?
El de nuestra imagen. El comportamiento negativo de algún gitano supone la generalización a todo el colectivo. Tenemos más rechazo que los inmigrantes porque  nunca nos han dado la oportunidad de conocernos. Hay también mucho miedo. Es necesario que vean la parte rica de nuestra cultura porque tenemos valores muy positivos.
¿Los gitanos católicos son distintos de los payos católicos en la vivencia de su fe?
Sí. Nosotros a todo le ponemos pasión. Amamos a Dios con el corazón y lo vemos en el prójimo.
¿Y esta gente que vive con esa pasión su fe no se aburrirá en una ceremonia convencional?
Es que queremos que ciertas celebraciones o sacramentos se hagan de una forma diferente, por ejemplo, usando canciones e instrumentos que la población gitana considere como propios.
¿Y cómo cree que lo recibirá la comunidad católica?
Tienen que ver que la casa de Dios es para todos y que si hay culturas diferentes es imprescindible que se abra la mente y que se hagan cosas para acercar las culturas porque lo que hemos hecho hasta ahora ha sido alejarnos. Dios lo dice: hay que  acercarse a los más pobres y los gitanos son de los más pobres que existen y necesitan que los acojamos con su realidad. Que salgan a leer -porque hay gitanos que saben leer (risas)- durante una misa, que puedan hablar en un momento dado o que en un funeral no se cante porque los gitanos están de luto es algo muy  importante.
¿Son muchas las cosas que les gustaría cambiar o adaptar?
No. Simplemente nos gustaría contar con sacerdotes cercanos y más directos y que, de la misma manera que hacen diferente una misa para niños que una misa para adultos, apliquen las diferencias también al pueblo gitano pero con el mismo mensaje, por supuesto.

 

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