Los residentes de un empobrecido barrio del norte de Marsella han desalojado por la fuerza a los habitantes de un campamento de gitanos romaníes antes de prender fuego a la barriada, en una acción que los defensores de los derechos del pueblo gitano temen que pueda sentar un grave precedente.
Los marselleses expulsaron el pasado jueves a unos 40 gitanos en respuesta a una ola de robos en el barrio antes de incendiar sus tiendas de campaña. No se tiene constancia de heridos o fallecidos, pero las ONG han alertado de que esta acción ha tenido lugar por la desidia del Gobierno francés y podría repetirse en otros lugares del país, donde viven entre 15 y 20.000 personas de esta etnia.
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