La ciudad de Melilla se unió la tarde de ayer al Círculo de Silencio, un gesto que se viene poniendo en marcha en distintas ciudades para invitar a la reflexión sobre la acogida de las personas obligadas a migrar.
El acto, organizado por Cáritas, tuvo lugar en la parroquia del Sagrado Corazón y contó con una gran participación por parte de los melillenses. Estuvieron presentes el vicario episcopal, Roberto Rojo; el director de Cáritas Diocesana, Francisco José Sánchez, y la directora de Cáritas Interparroquial de Melilla, Pilar Illázquez.