Llegan a los aeropuertos o a las costas españolas acompañados de una mujer que dice ser su madre, pero que no lo puede documentar. La policía observa lo que considera “comportamientos sospechosos” en la relación entre la madre y el pequeño. Son bebés o niños pequeños sin filiación ni identidad verificable. Y una prueba de ADN demuestra en ocasiones que esos menores no son hijos de la mujer o la pareja con la que llegan al país. La policía, la fiscalía, la oficina de la Defensora del Pueblo y Cruz Roja trabajan en común para tomar medidas que permitan llegar a conocer la identidad de estos menores. Pero no siempre se consigue.
La ley de extranjería (Ley Orgánica sobre Derechos y Libertados de los Extranjeros en España y su Integración Social, reformada en 2009) regula las condiciones para el tránsito de menores en España. Esta norma señala que si los cuerpos de seguridad del Estado localizan a un menor no acompañado indocumentado, “el ministerio fiscal lo pondrá a disposición de los servicios de protección de menores de la comunidad autónoma en la que se halle”. Cuando no se conoce su identidad ni su procedencia, son tutelados por una Administración pública y se les considera regulables.
Aunque los requisitos están claros, “existen huecos en el cumplimiento de la legislación”, como explica Carlos Chana García, responsable del Programa de Restablecimiento del Contacto Familiar y del Servicio Social Internacional de Cruz Roja Española. “Influyen la legislación de cada país, la vía por la que se acceda con el menor al territorio, la autoridad de la frontera e incluso las compañías aéreas, que unas son más sensibles que otras a este problema”, prosigue Chana. “Se utiliza a los bebés como parte de las estrategias migratorias para poder pedir luego la reagrupación familiar. Las tipologías de cómo lo hacen son variadas”. Unas veces entran con falsos padres a través de los aeropuertos y otras son parejas o mujeres solas que llegan en patera o en barco solas con un bebé que supuestamente es suyo, pero que en ocasiones no lo es. Organizaciones de defensa y protección de menores calculan que solo a través de los aeropuertos españoles la policía detecta al menos medio centenar de casos de este tipo cada año.
Cruz Roja, que es además la corresponsalía del Servicio Social Internacional en España, considera que los requisitos están claros para el tránsito de menores en el territorio Schengen, en el cual se puede circular libremente si se ha entrado regularmente en alguno de los países de este espacio. Esta organización señala que “las dificultades aparecen al aplicar los procedimientos, y los más vulnerables son los niños pequeños que se ven involucrados en los procesos migratorios”, señala Chana. “Muchos terminan en el sistema de protección de menores y, algunas veces, al cabo de los años, aparece una mujer diciendo que es su madre, cuando el niño a lo mejor se ha dado ya en adopción”, añade.