Los 700 menores tutelados por el Consell comen gracias al Banco de Alimentos

banco-de-alimentosLos trabajadores de los centros públicos que acogen a los niños en desamparo denuncian que carecen de los recursos más básicos como comida, productos de higiene o material escolar. Colectivos de extranjeros ayudan mediante colectas.

«No tenemos ni pan para hacer bocadillos a los niños». Las deudas de la Generalitat Valenciana están llevando al límite a los centros residenciales que se encargan de los menores que están bajo tutela del Consell. Se trata de niños que han tenido que ser apartados de sus familias biológicas porque éstas son conflictivas o atraviesan por un problema y hasta que la situación se normalice, o hasta que los menores alcanzan la mayoría de edad, residen bien en centros especiales o en familias de acogida.

La situación es tan extrema que la mayoría de estos centros, que se ocupan de unos 700 menores en la provincia, tienen que recurrir al Banco de Alimentos y a las donaciones de particulares para poder dar de comer o asear a los chavales. Así lo denunciaron ayer los integrantes de la recién creada Plataforma del Sector de Menores de la provincia de Alicante, integrada por profesionales que representan a todas las entidades del sector y que surge, según sus responsables, «frente al descomunal deterioro de las condiciones de atención impuesto por la Conselleria de Bienestar Social».

Anca Román, portavoz de la plataforma, trabaja en un centro de Altea y asegura que desde que comenzaron los impagos, su centro sale adelante «gracias a tres o cuatro grupos de extranjeros que viven en la zona y que casi a diario nos traen pan, agua, embutido, gel…». Una situación «que es idéntica a todos los centros de la provincia», señala Francisco Fidel Martínez, también portavoz de la plataforma. A nivel de ocio, tiempo libre y otras actividades necesarias para el desarrollo de estos niños «la reducción ha sido más que drástica«.

La situación se repite en el caso de las familias que tienen menores en acogida. «A ellos tampoco se les paga el dinero que corresponde por la manutención de estos niños y se ha dado el caso de menores que han tenido que volver a los centros porque las familias no se pueden hacer cargo de ellos».

Actualmente, Bienestar Social acumula retrasos con el sector «de hasta seis meses«, lo que según los trabajadores trae no sólo consecuencias materiales, como la falta de comida, productos de higiene o material escolar, sino también de funcionamiento de las plantillas. En el caso del acogimiento familiar, critican, se ha reducido plantilla de técnicos que se encargan de supervisar el desarrollo de estos menores, aumentado los ratios de niños por profesional. Así, «en un año se ha pasado de 22-24 casos por profesional hasta sobrepasar los 40». Para los responsables de esta plataforma, estos niños «han pasado de estar desamparados por sus familias a estarlo por parte de la Administración» y recuerdan que estos menores «tienen que ser una prioridad a la que la Generalitat está obligada por la Ley del Menor y no depender de si sobra dinero de otras partidas«.

Este periódico trató ayer sin éxito de conocer qué medidas piensa adoptar la Conselleria de Bienestar Social para paliar esta situación.

Fuente: http://www.diarioinformacion.com/alicante/2013/07/17/700-menores-tutelados-consell-comen/1396485.html

 

Tijeretazo a los centros de menores

Centros de menoresLa Conselleria asegura que va a seguir apoyando a los establecimientos y que sólo pretende «homogeneizar su funcionamiento»
18.06.13 – 11:04 – D. VALERO / A. CHECA

Indignados. Así se encuentran los centros de día de protección de menores de la Comunitat, que la pasada semana abandonaron su reunión con la secretaria autonómica de Familia y Solidaridad, Lucía Cerón, tras sentirse «faltados al respeto». Según indican, el encuentro tuvo como objeto comunicar a estas entidades privadas sin ánimo de lucro la finalización del actual concierto –vigente desde hace doce años– prevista para el próximo 30 de noviembre e informarles sobre los nuevos modelos contractuales previstos por la Conselleria de Bienestar Social tras este cambio.

Fue la Asociación Profesional de Instituciones de Menores (Apime), entidad que aglutina al 75 por ciento de los centros de protección de la Comunitat, la que informó de este recorte, del que discrepan en la Generalitat. La secretaría autonómica indicó ayer que la utilización del concierto u otro instrumento jurídico para regular la aportación económica «no pone en peligro en ningún caso la continuidad del recurso de centros de día de menores».

«La Conselleria va a seguir apoyando, como hasta ahora, este recurso preventivo que considera fundamental. Se pretende homogeneizar el funcionamiento y la coordinación de todos los centros de día que existen , así como las aportaciones económicas que reciben de la Generalitat y el instrumento jurídico para hacerlas efectivas. Todo ello bajo los principios de legalidad, eficacia y eficiencia», informaron desde el Consell. También añadieron que «el concierto existía sólo para 19 de los más de 50 centros de día de la Comunitat». «El resto son financiados a través de subvención», apuntaron.

Pero los responsables de los centros de día continúan denunciando el impago de los servicios de atención a menores tutelados por la administración y en situación de desprotección. Según detallaron, en estos momentos les adeudan más de 12 millones de euros. La entidad ya informó semanas atrás de que los centros de día de menores de la Comunitat, que amparan a alrededor de 2.500 jóvenes con necesidades educativas, familias desestructuradas o con problemas económicos, corre un serio peligro.

«Aún no se sabe la cantidad, pero lo cierto es que es inminente un recorte del presupuesto destinados desde la Conselleria de Bienestar Social a estos centros», denunciaba Adolf Montoliu, miembro de la coordinadora de los establecimientos en una información publicada por este periódico hace 15 días. Montoliu incluso cuantificó entonces los efectos que podría tener la disminución de las ayudas que ahora se ha confirmado: «Por cada recorte de la administración de 35.000 euros, 12 menores dejarán de ser atendidos de manera integral y con seguimiento educativo».

Un recorte de estas características impediría transformaciones como la que experimentó Andrea. «He tenido la posibilidad de aprender. De saber más de lo que pensaba que podía aprender», reconoce la propia menor de 15 años tras varios meses en uno de estos centros. «Presentaba un nivel de absentismo escolar brutal. El año pasado prácticamente no fue ni un solo día al instituto», subraya Ana Cañeque, coordinadora de un centro de día de Valencia. Andrea ahora ha logrado superar segundo de la ESO y se halla inmersa en un nuevo curso de formación.

Fuente: http://www.lasprovincias.es/20130618/comunitatvalenciana/provincia_alicante/tijeretazo-centros-menores-201306181104.html

Cáritas y Manos Unidas, por la dignidad de la infancia

215 millones de menores trabajan en todo el mundo en el sector doméstico

En Haití, 300.000 niños no pueden ir a la escuela

Sin título

Cáritas/Manos Unidas, 12 de junio de 2013 a las 16:52

La dignidad de la infancia en situación precaria es una de las prioridades de la acción de lucha contra la pobreza

(Cáritas/Manos Unidas).- La dignidad de la infancia en situación precaria es una de las prioridades de la acción de lucha contra la pobreza que Cáritas desarrolla tanto dentro como fuera de España. Hoy, con motivo de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, Cáritas se suma a la denuncia lanzada ayer en Ginebra por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con la presentación del informe Erradicar el trabajo infantil en el trabajo doméstico.

En el mismo se constata que en la actualidad cerca de 215 millones de menores trabajan en todo el mundo en ese sector, muchos de ellos a tiempo completo. Se trata de menores que no van a la escuela, no reciben alimentación ni cuidados apropiados y se les niega la oportunidad de ser niños. Y más de la mitad de ellos están expuestos a las peores formas de trabajo infantil, en ambientes peligrosos o de semi-esclavitud.

Cáritas, en su opción preferencial por los más vulnerables, reitera su determinación de seguir luchando para proteger a los niños de esta lacra allí donde se encuentren: en las minas de Burkina-Faso, en los talleres de Bangladesh, en las calles de Senegal o en los basureros de Honduras.

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